Sensatez ciudadana
Un alto porcentaje de salvadoreños están preocupados por las medidas antiinmigrantes a escala internacional y la obsesión de las cúpulas partidarias por controlar el aparato estatal en El Salvador. ¿Por qué la lectura que hacen los gobernados de la realidad nacional es tan diferente a la que hacen los gobernantes? Esta pregunta ayuda a entender la creciente brecha entre representados y representantes en el país. En este sentido, las siguientes cinco hipótesis sugieren que los dirigentes partidarios y gubernamentales deberían ponerse a trabajar conjuntamente en los próximos veinte años (en lugar de reñir constantemente).
Hipótesis 1. Un número significativo de empleados y funcionarios están pasando por el mejor momento de su vida. Nunca antes habían tenido un ingreso tan alto y disfrutado de los privilegios de la administración pública. Es decir, para aquellas personas que actualmente tienen la mejor situación económica de su vida, la palabra “crisis” tiene un significado muy diferente al del salvadoreño que diariamente se esfuerza para llevar la comida a la mesa.
Hipótesis 2. Un número significativo de empleados y empleadores del sector privado están pasando por un momento difícil en su vida productiva. Por una parte, la desconfianza, la inseguridad y la creciente carga tributaria desincentivan la inversión privada y estimulan la informalidad. Por otra parte, el auge de los negocios ilícitos (extorsión, prostitución, venta de drogas, contrabando, tráfico de armas y comercio de personas) potencia la corrupción y violencia delincuencial.
Hipótesis 3. Numerosos jóvenes desean emigrar (a pesar de las restricciones migratorias y la disposición de sellar la frontera entre EUA y México). La efectiva red de salvadoreños en EUA hace que la emigración siga siendo una opción para miles de compatriotas. También es cierto el nerviosismo existente por el previsible incremento de las deportaciones de EUA y la incapacidad de El Salvador de absorber productiva y socialmente a miles de expulsados.
Hipótesis 4. La realidad nacional y sensatez ciudadana condicionarán las ofertas electorales de 2018 y 2019. La contra de esta suposición son dos ideas dominantes en las estrategias electorales: (1) ocultar y (2) difundir que el crimen y desequilibrio fiscal tienen de rodillas a los salvadoreños. Consiguientemente, el reto de los ciudadanos es descifrar y evitar caer en la bipolaridad electoral, y alzar la voz constructivamente.
Hipótesis 5. La polarización es una estratagema compartida para mantener el poder público en pocas manos. Este planteamiento asevera que la confrontación partidaria recurre al odio y resentimiento social para reducir la realidad a dos partes contrapropuestas (buenos y malos; amigos y enemigos). Este amaño (demagogia) permite responsabilizar al adversario de los desaciertos y gobernar sin una visión de país y sin cuadros técnicos competentes. Una vía de solución es profesionalizar el servicio público y establecer prioridades nacionales.
Conclusión: el principal reto de los dirigentes partidarios y gubernamentales es desarrollar las aptitudes y actitudes democráticas requeridas para recuperar el control territorial, rescatar la escuela pública, sanear las finanzas públicas, regenerar el tejido social local y reactivar la economía. Así las cosas, los ciudadanos deberían hacer uso de su buen juicio y madurez a la hora de manifestarse públicamente, de exigir la construcción y puesta en marcha de los acuerdos de nación, y de contribuir a que las ofertas electorales respondan a dichos acuerdos.