EL NUEVO MAPA DE LA VIOLENCIA
La mitad de la lista de los 10 municipios más violentos está compuesta por municipios que en 2015 no estaban entre los más peligrosos. Apopa, Ilopango, Santa Ana, San Miguel y Usulután salieron de la lista negra.
La violencia homicida en 2016 afectó a 238 municipios del país, donde 5,280 personas fueron asesinadas el año pasado, según datos del Instituto de Medicina Legal (IML). Entre esos municipios, con una población arriba de 50,000 habitantes, 10 tuvieron una tasa de más de 87.6 homicidios por cada 100,000 habitantes. San Pedro Perulapán, una vez más desde 2014, figuró como el más violento del país.
En Perulapán hubo 97 personas asesinadas el año pasado, lo que significó que ese municipio tuvo una tasa de 184 homicidios por cada 100,000 habitantes. Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), tener una tasa superior a los 10 homicidios por 100,000 habitantes es tener una epidemia.
San Pedro Perulapán se mantiene encabezando la lista de los municipios más violentos del país a pesar de que en 2016 tuvo una reducción de 46 respecto a 2015. El título del municipio más inseguro no se lo pudo sacudir, porque la reducción no ocurrió únicamente en ese lugar, sino que fue generalizada en todo
el país, durante el año pasado.
El municipio de San Salvador tampoco mejoró durante 2016, de hecho empeoró. En 2015, San Salvador quedó en la tercera posición de los 10 municipios más violentos, mientras que en 2016 escaló a la segunda posición con un total de 431 homicidios y una tasa de 173 por cada 100,000 habitantes.
Algo que podría explicar por qué San Salvador empeoró en 2016 es que se tardó cinco meses para sumarse al Plan El Salvador Seguro (PES), según explicó hace dos semanas el técnico del Ministerio de Justicia y Seguridad Pública (MJSP) Mario Cabrera. El municipio estaba contemplado en el PES desde 2015 en que el Gobierno lanzó el plan, pero fue hasta 2016 en que presentó su plan municipal de intervención.
Durante el año, uno de los sectores más afectados de San Salvador fue el de los comerciantes del centro histórico. Sobre todo los que venden en la calle Gerardo Barrios, la 29 de Agosto y la calle Arce, donde fueron asesinados más de 15 vendedores.
El tercer municipio más violento de 2016 fue Izalco, Sonsonate, donde ocurrieron 137 homicidios, para una tasa de 170 por cada 100,000 habitantes. En el municipio, además, incrementaron los casos de desplazamientos forzados provocados por pandillas y estructuras del crimen organizado.
Izalco no estaba entre los 10 municipios más violentos hace dos años, pero el incremento de homicidios lo catapultó hasta la posición que ocupaba San Salvador en 2015.
Otro de los que ingresó a la lista fue Jiquilisco, en Usulután, donde ocurrieron 79 homicidios, para una tasa de 154 por cada 100,000 habitantes. Jiquilisco llegó a ocupar la cuarta posición, que hace dos años ocupaba Usulután.
Quezaltepeque quedó en la mitad de la lista de los más violentos con 71 homicidios, para una tasa de 122 por cada 100,000 habitantes.
Le sigue Nahuizalco, Sonsonate, con 59 homicidios. Este municipio también es de los que ingresó a la lista de los más violentos, en lugar de Ilopango.
Mejicanos mantuvo su posición número siete en la lista. En este hubo 131 homicidios el año pasado. Aunque esta cantidad de víctimas es más del doble de las de Nahuizalco, Mejicanos conservó su posición por su tasa poblacional.
San Vicente desbancó a Soyapango, ya que los 54 homicidios durante 2016 hicieron que quedara con una tasa de 89 por cada 100,000 habitantes.
En Ciudad Delgado hubo una mejoría, aunque no tanto para salir definitivamente de la lista. En 2015 estuvo en la cuarta posición, mientras que el año pasado, con 113 homicidios, bajó hasta la novena casilla de los más violentos.
Finalmente, el último de los 10 es San Martín, que con 88 homicidios ocupó el año pasado la posición de Santa Ana.
APOPA MEJORÓ
El caso más emblemático de 2016 podría ser Apopa, que en años anteriores ocupaba la posición dos de los más violentos del país, pero que en 2016 logró salir de la lista y descender hasta ocupar la casilla 18 de los más violentos.
Apopa cerró el año pasado con 132 homicidios, lo que significa que en ese municipio asesinaron a 73 personas por cada 100,000 habitantes. Una de las razones que explican el descenso, a pesar de que el año pasado fue capturado el alcalde Elías Hernández por vínculos con pandillas, es que el concejo ha hecho alianzas con agencias de cooperación y con el Viceministerio de Prevención Social de la Violencia para remodelar canchas y crear centros de alcance, según explicó la oficina municipal de comunicaciones.