JIM MORRISON: UN PROVOCADOR NATO Y EXÓTICO
Cuando subía al escenario, cantaba, bailaba, hacía movimientos extravagantes, movía al público que deliraba con sus interpretaciones.
El álbum “The Doors” fue la asombrosa carta de presentación de una banda que unía el rock, el jazz, el blues y ciertos detalles de psicodelia como sostén para las enigmáticas letras de Morrison. Estaban cargadas de un ambiente oscuro, se presentaban temáticas como la vida y la muerte, el amor, la crítica a la época que se vivía y su visión de contemplar el mundo. El artista estaba marcando un escenario que iba a quedar impreso para la posteridad. Su influencia se puede ver marcada en cada una de las generaciones que le prosiguieron; desde sus más cercanas como Led Zeppelin y Pink Floyd, hasta las bandas de la actualidad como los Red Hot Chili Peppers y Oasis, entre otras.
CONCIERTOS Y EXCESOS
Luego de sus grandes éxitos como “The End” y “Light my Fire”, The Doors grabó otros discos y empezó a hacer largas giras en Estados Unidos. Con su buena pinta, presencia magnética y sus pantalones de cuero, Jim Morrison se volvió un ídolo rockero y un “sex symbol”. Por 1968 hicieron una minigira por Europa, donde en Amsterdam The Doors se presentó sin Morrison porque colapsó ante el uso de drogas. Sus controversiales episodios con la ley se unieron con su mayor dependencia al alcohol, la marihuana y el peyote, al grado de presentarse ebrio en los conciertos y hacer más difícil la grabación de los álbumes.