FGR: POLICÍAS PACTABAN HOMICIDIOS CON PROVEEDOR DE PANDILLA
Según fiscalía, tres agentes de Alta Vista apoyaron a “Melao”, proveedor de armas del Barrio 18, en una pugna interna.
La investigación que inició con una denuncia de extorsión por $30,000 en Ilopango terminó por desnudar el funcionamiento de una estructura de la pandilla Barrio 18 en la zona, con el apoyo de tres miembros de la Policía Nacional Civil (PNC), quienes se encargaban desde dar seguridad a los operativos criminales, servir de guías para el paso de droga, negociar capturas y hasta convertirse en gatilleros (encargados de cometer homicidios) para la pandilla a cambio de dinero.
La Fiscalía General de la República (FGR) presentó ayer la investigación del caso ante el Juzgado Especializado de Instrucción A, la cual contiene intervención de llamadas que vinculan a Carlos Arnoldo Cardoza Sandoval, alias “Melao”, con una trama de policías y pandilleros en la que resulta como proveedor de armas y droga de varias clicas, especialmente una de la pandilla Barrio 18 que opera en Ilopango, y en la que presuntamente participan otros 21 imputados.
El 13 de noviembre de 2016, los policías Leonardo Alberto López, Nelson Alexánder Lúe Mendonza y un tercero perfilado como Fidel Ángel Mendoza se reunieron con “Melao” para planear el asesinato de dos pandilleros vinculados a su red. La reunión sucedió en un establecimiento comercial reconocido en Apopa. Así consta en la acusación fiscal.
Según la investigación, los policías recibieron dinero en efectivo por parte del cabecilla de la pandilla y se detectó que ya se encontraban buscando a otro delincuente para “entregárselo” a “Melao”.
Tres días después de ese encuentro, la fiscalía identificó una llamada del presunto policía reconocido como Fidel, quien aceptó recibir $1,000 para realizar el homicidio de una persona que estaba en un taller de motos.
Las autoridades conocieron que alias “Chuky” fue asesinado el 30 de noviembre del año pasado de dos disparos en la cara; ese homicidio ocurrió en un taller de motos en Soyapango.
La acusación fiscal también consigna que, además de pactar homicidios, los policías ayudaron a “Melao” a evadir los ataques provocados por una pugna interna de la pandilla.
Cardoza Sandoval planeó las ejecuciones de algunos miembros de su estructura luego de una serie de inconvenientes en los negocios que provocó que a finales de octubre de 2016 sufriera un atentado, en el cual asesinó a su sicario y logró salir libre de la escena después de que, según el requerimiento fiscal, los policías que cubrieron el crimen “eran unos cheros”.
Días después de ese frustrado atentado, varios hombres llegaron presuntamente para asesinar a “Melao” al restaurante Guanacos Beer’s, ubicado en San Martín; pero Cardoza no estaba en ese lugar. Sin embargo, fue alertado del hecho por un empleado del bar y presunto proveedor de droga, identificado como Pedro Ibarra, a quien le dio la orden de alertar a la policía.
Uno de los agentes que atendieron al llamado fue identificado por Ibarra como “Cara de Niño”, a quien “Melao” le ofreció dinero para que les plantara droga a quienes llegaron al bar con la intención de asesinarlo y luego desaparecerlos.
“Melao” recibió información ampliada sobre el plan en su contra a finales de noviembre del año pasado, cuando Jesucristo Castro Bernal, uno de los agentes policiales detenidos el pasado miércoles en la madrugada, le avisó que tenía videos de pandilleros planeando atentar contra su vida.
Una de las represalias que planeó “Melao”, tras ser MIL DÓLARES FUE LO QUE ACEPTÓ UN PRESUNTO POLICÍA IDENTIFICADO COMO FIDEL PARA COMETER UN HOMICIDIO. PERSONAS ESTÁN SIENDO PROCESADAS EN EL CASO DE “MELAO”. CINCO DE ELLAS SON REOS AUSENTES. alertado, fue el asesinato de “Smoking”, un cabecilla de la pandilla afincada en la Cima III que presuntamente estaba vinculado con el plan de matarlo.
El 27 de noviembre del año pasado, “Melao” estaba listo para asesinar a “Smoking”, quien ese día se estaba casando en un local cercano al redondel de Soyapango. Cardoza Sandoval se comunicó con al menos tres policías que le afirmaron que le podían “limpiar la zona” para realizar el homicidio en plena fiesta. Sin embargo, justo cuando se dirigía a realizar el hecho, una patrulla policial llegó a interrogar a todos los invitados de la boda, por lo que se frustró ese crimen.