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Prolapso y miomatosis uterina, un golpe a la reproducci­ón

El prolapso y la miomatosis uterina son enfermedad­es poco conocidas; sin embargo, pueden causar estragos muy severos en la salud reproducti­va de las mujeres.

- Fátima Escobar salud@laprensagr­afica.com

“Un descenso del útero de su posición normal”, así describe el prolapso uterino la ginecóloga del Hospital de la Mujer, Mairena Méndez Campos. Esto se refiere a que el útero se puede desplazar hasta ser visto de forma externa en la vagina de la mujer.

“La mayoría de veces esto ocurre cuando la mujer ya tuvo varios partos, hace mucho esfuerzo físico con peso o por la edad. Incluso en las personas que están pasando por la menopausia el riesgo aumenta”, añadió Méndez. La especialis­ta también explica que la paciente con este problema comienza a sentir la sensación de un cuerpo extraño adentro del útero o incluso aparecen ulceracion­es y por eso acuden a revisión.

“Cuando el prolapso es grado uno, se dejan ejercicios; lo que los especialis­tas llamamos los ‘ejercicios

de Kegel’, los cuales ayudan al fortalecim­iento de los músculos a nivel pélvico. Estos ejercicios son contractur­as que se hacen a nivel pélvico y se pueden hacer acostada o parada. Las pacientes tienen que hacer una elevación de la cadera, sin despegarse de la superficie, por tres ciclos durante el día, unas 20 veces cada ciclo. A su vez, cuando el problema ya es un grado dos o tres, existe la opción de la histerecto­mía (extirpar el útero total o parcialmen­te)”, explicó.

Méndez también comentó que en el prolapso uterino no se prescriben medicament­os, “solo los estrógenos vaginales preparator­ios para el procedimie­ntos quirúrgico”. Asimismo, compartió que este es un diagnóstic­o muy raro en pacientes jóvenes, y no se describe como algo hereditari­o.

MIOMATOSIS UTERINA

Los miomas se producen en el 50 % de mujeres mayores de 35 años y están ubicados en diferentes partes del aparato reproducto­r femenino; afectan específica­mente el miometrio y el útero.

A pesar de ser benignos, Efe expone que en el músculo uterino puede desarrolla­rse un cáncer denominado leiomiosar­coma, que es un tumor de escasa incidencia, ya que alrededor de 1/5000 miomas diagnostic­ados como tal son realmente un sarcoma de útero. En la mayoría de los casos, los miomas no son la base original de estos tumores, sino que los leiomiosar­comas son cánceres originados como tal desde el principio. El mioma, por tanto, no es un cáncer.

“Existen tres teorías que justifican esta enfermedad: primero, que surgen de una célula; segundo, son herencia, pues si la paciente tiene familiares en primer grado que tuvieron miomatosis, tiene riesgo hasta 40 % de padecerlos. Tercero, son intramural­es y se dan en el 5 % de las pacientes, son menos frecuentes, pero son los que más problemas de hemorragia dan y afectan la cavidad uterina”, expresó la especialis­ta Méndez.

Entre los síntomas se destacan el sangrado excesivo dentro del período mestrual, el dolor pélvico y la dificultad de micción.

“Los daños dentro del cuerpo de la mujer dependen de la ubicación de los miomas, pues se puede dar pérdida de embarazos en el primer trimestre, abortos, hemorragia­s, presentaci­ones anormales del feto, placentas previas y hemorragia­s después del parto”, añadió.

Por ello, la ginecóloga recalcó la importanci­a de realizarse un chequeo completo antes de quedar embarazada, para poder evitar problemas que puedan dañar el proceso normal del embarazo.

“Hay que individual­izar cada caso y brindar el tratamient­o que mejor se adecúe. En algunos casos se dan anticoncep­tivos y progestina­s. Lo más alarmante es cuando las pacientes son asintomáti­cas, por ello es necesario el chequeo”, concluyó.

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Domingo 23 de abril de 2017

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