ES UNA PARED
JORGE RODRÍGUEZ, técnico de Alianza FIGURA.
El Águila apostó anoche por su poderío defensivo en el Cuscatlán y salió con los tres puntos entres las plumas. Los migueleños se sirvieron de una marca asfixiante en los principales corredores periféricos y aprovecharon su oficio para darle una dura bofetada al líder del torneo.
El Alianza intentó responder con un buen volumen de posesión de balón, pero se quedó a medio camino cuando desató la presión alta y trató de amenizar un concierto de pases bien enganchados en la tómbola central.
Pudo más la laboriosidad de la zaga emplumada y las contragolpes explosivos que derivaron en el tanto de la victoria, firmado por el colombiano James Cabezas, quien también tragó amargo al ser expulsado al minuto 80.
Las acciones permitieron poco para la especulación en el arranque. El cuadro emplumado tomó la manija del partido y comenzó a marcar cruces de juego
que tomaron apurados a los albos.
Álvaro Lizama, Irving Valdés, Ibsen Castro y Víctor García eran los encargados de esos oficios, al tiempo que ayudaban a mantener el juego emplumado en el campo rival para mantener desahogada a su última línea.
El Águila dominaba con una buena presión alta y se acercaba con inteligencia al área rival. Le ayudaba a eso que el bloque rival se mostraba poco organizado en su zona.
Empero, las acciones comenzaron a tornarse más parejas conforme se soltaron los nervios, aunque al 27' llegó el error que marcó el juego. Fabricio Silva permitió que James Cabezas se adueñara del balón y sacó un tiro categórico que dejó para la estampa a Arroyo.
El gol en contra apresuró a la ofensiva elefante. Jugadores como Zelaya, Sosa y Cerén aparecieron con más frecuencia en los alrededores del área negronaranja, pero les faltaba puntería a la hora de coronar el acoso al rival.
Siempre que intentaban mandar algún desborde, el bloque rival, comandado por Valoyes, Romero y Umanzor, llegaba bien ubicado para despejar con oficio el peligro.
En el complemento, el Águila salió a ganar metros y generó más problemas de lo debido en la defensa paquiderma. A Portillo y Larín les costaba conectarse con Zelaya y Sosa y la zaga paquiderma pasaba horas bajas a la hora de repeler el ataque migueleño.
Los emplumados se servían de un buen repliegue a la hora de neutralizar las llegadas rivales, a la vez que tampoco renunciaban al ataque por medio de Valdés.
En estos oficios, Villalobos también era como héroe. En los siguientes minutos se vistió de héroe y le tapó un cabezazo a Zelaya, quitó un remate en mano a mano con Sosa y le apagó el fuego a un riflazo a “la Cabrita” Portillo.