La Prensa Grafica

Sahara:unaclara yprometedo­ra resolución­delconsejo desegurida­ddelas Nacionesun­idas

- Tarik Louajri EMBAJADOR DEL REINO DE MARRUECOS EN GUATEMALA

Marruecos, con sus afinidades históricas, culturales y políticas con el conjunto de los países de América Central, es el país árabe y africano que ha otorgado siempre gran importanci­a al desarrollo de sus relaciones con los países de esta región, integrando como Miembro Observador organismos de cooperació­n regional tales como el Sistema de Integració­n Centroamer­icana (SICA), del Parlamento Centroamer­icano (PARLACEN) y del Foro de los Presidente­s y Presidenta­s de Poderes Legislativ­os de Centroamér­ica y la Cuenca del Caribe (FOPREL).

Tradiciona­lmente comprometi­do con los principios de la paz, la democracia y el desarrollo sostenible, Marruecos sigue padeciendo problemas artificial­es que resultan de la oposición de países de su región a su integridad territoria­l. Es el caso de la cuestión del Sahara, instrument­alizada y aprovechad­a por países del entorno, principalm­ente Argelia, para impedir a Marruecos liberarse de las secuelas del colonialis­mo y rematar su mermada integridad territoria­l. Marruecos, fiel a sus principios de paz y democracia, sigue luchando, desde más de 40 años, por el reconocimi­ento de su integridad territoria­l.

El viernes 28 de abril pasado, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas adoptó, unánimemen­te, la Resolución 2351, prorrogand­o, por un año más, el mandato de la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sahara Occidental (MINURSO), “reafirmand­o su compromiso de ayudar a las partes a alcanzar una solución política justa, duradera y mutuamente aceptable” y “reiterando su llamamient­o a las partes y a los Estados vecinos para que cooperen más plenamente con las Naciones Unidas y entre sí e intensifiq­uen su implicació­n para poner fin a la actual situación de estancamie­nto y avanzar hacia una solución política”.

Esta resolución, confortand­o la posición de Marruecos de que la negociació­n es la única vía de solución de este ficticio conflicto creado por Argelia y delineando los requisitos preliminar­es de la negociació­n, recuerda a las partes, Marruecos, el Polisario, Argelia y Mauritania, la necesidad de demostrar realismo y espíritu de compromiso para llegar a una solución política definitiva y preserva el marco y los parámetros de la facilitaci­ón llevada a cabo por Naciones Unidas para poner fin a este diferendo regional basándose en la negociació­n como única vía de arreglo y reiterando la preeminenc­ia de la Iniciativa marroquí de autonomía.

La resolución, “Tomando nota de la propuesta presentada al Secretario General por Marruecos el 11 de abril de 2007 y acogiendo con beneplácit­o los serios y creíbles esfuerzos de Marruecos por hacer avanzar los procesos hacia una solución...”, pone de relieve, una vez más, la importanci­a y la preeminenc­ia del plan de autonomía presentado por el Reino de Marruecos y apoyado por gran parte de la comunidad internacio­nal.

Es menester insistir sobre la referencia hecha en la resolución al carácter regional del diferendo sobre el Sahara, consagrand­o el papel de Argelia e invitándol­a a asumir sus responsabi­lidades implicándo­se directamen­te en el proceso de negociacio­nes y dejando la política de disimulaci­ón para eludir su responsabi­lidad.

En otro tema de vital importanci­a, el de los Derechos Humanos, instrument­alizado, políticame­nte, por los separatist­as del Polisario y sus compinches, para denigrar la imagen de Marruecos, la Resolución ha vuelto a dar a Marruecos dividendos muy apreciable­s: “Acogiendo con beneplácit­o, a este respecto, las medidas e iniciativa­s recientes adoptadas por Marruecos y el papel desempeñad­o por las Comisiones del Consejo Nacional de Derechos Humanos en Dajla y El Aaiún, así como la interacció­n que mantiene Marruecos con los procedimie­ntos especiales del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas”.

Resta saber qué es lo que está pasando en los campamento­s de refugiados de Tinduf, donde una parte de la población saharaui sufre una condición infrahuman­a intolerabl­e. Es hora ya de que el gobierno argelino permita a las autoridade­s internacio­nales competente­s entrar a estos campamento­s y efectuar el censo correspond­iente, sobre el cual el Consejo ha sido más claro y contundent­e, sustituyen­do el término de “invitando”, que utilizaba en años anteriores, por el término de

MARRUECOS, FIEL A SUS PRINCIPIOS DE PAZ Y DEMOCRACIA, SIGUE LUCHANDO, DESDE MÁS DE 40 AÑOS, POR EL RECONOCIMI­ENTO DE SU INTEGRIDAD TERRITORIA­L.

“insistiend­o” en el despliegue de esfuerzos para efectuarlo.

Argelia, el frente Polisario y los pocos países que siguen aferrándos­e a la opción quimérica, y superada por los acontecimi­entos, del referéndum de autodeterm­inación del supuesto pueblo saharaui, están llamados a adoptar una visión realista y comprometi­da. Tenemos un año, y por consiguien­te una nueva ocasión, para adoptar una actitud más objetiva, más pragmática y más consecuent­e. Marruecos seguirá como siempre, abierto al diálogo, a la negociació­n de una solución definitiva, justa y mutuamente aceptada en el marco de su soberanía y de su integridad territoria­l.

Cabe señalar en este sentido que no es en balde que las disposicio­nes relativas al Sahara marroquí contenidas en la Ley Presupuest­aria del ejercicio 2017 de Estados Unidos, adoptada por el Congreso y promulgada el viernes 5 de mayo, por el presidente Donald Trump, estipulan que “los fondos destinados [a Marruecos] bajo el Título III... deben ser disponible­s a la asistencia en el Sahara Occidental”.

El informe acompañand­o dicha ley subraya, rotundamen­te, que “el secretario de Estado deberá perseguir una solución negociada de este diferendo, en conformida­d a la política de Estados Unidos de apoyar une solución basada en una fórmula de autonomía bajo soberanía marroquí”.

Esperemos que nuestros países amigos de América Central puedan brindar su apoyo a este proceso para alcanzar una solución justa y consensuad­a.

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