La trata de personas se alimenta del tráfico ilícito de migrantes
Quienes viajan a otro país de forma irregular corren el riesgo de caer en manos de traficantes, advierte la ONU.
El responsable de la Oficina de la ONU contra las Drogas y el Delito (UNODC) para Centroamérica y el Caribe, Amado Philip de Andrés, dijo en entrevista con Efe que comienzan a evidenciarse los vínculos entre la trata de personas para su explotación sexual y el tráfico ilegal de migrantes.
Más de la mitad de las víctimas son niñas de 14 a 17 años de la región. Los criminales engañan a sus familias, “les prometen todo”, y las explotan, en un negocio que genera al menos $400 millones anuales en Centroamérica y el Caribe, informó.
En 2015, la mitad de las mujeres forzadas a prostituirse en Panamá eran venezolanas y colombianas, según la Comisión Nacional contra la Trata de Personas (CNTP).
Las investigaciones de su oficina concluyeron que muchas de las víctimas explotadas en Panamá “fueron trasladadas a Europa”.
La Oficina de la ONU está trabajando ahora en Panamá en el establecimiento de un “albergue modelo en todo el continente” para las víctimas, con idea de abrirlos en puntos estratégicos y también en las fronteras con Colombia y Costa Rica.
De Andrés destacó la necesidad de una “cooperación muy estrecha” entre los países afectados: “Puede haber cuatro víctimas de República Dominicana y el tratante puede ser una mujer panameña en Panamá. Suelen ser casos que se relacionan en dos o tres
NO HAY DATOS EXACTOS DE CUÁNTAS DOMINICANAS SON VÍCTIMAS DE TRATA, PERO SEGÚN UN INFORME DE 2013 DE LA ONG “TÚ, MUJER”, ENTRE 30,000 Y 70,000 MUJERES DE ESE PAÍS SE DEDICAN AL TRABAJO SEXUAL.
jurisdicciones”.
Según el director de la Procuraduría Especializada contra el Tráfico Ilícito de Migrantes y Trata de Personas, Jónathan Baró, hay dominicanas víctimas de trata para prostituirlas en Panamá, Haití, España, Suiza, Argentina, Uruguay, Curazao, San Martín, Trinidad y Tobago y hasta Guinea Ecuatorial.
En América, la mayoría de los casos de trata detectados tienen el fin de la explotación sexual: en 2014, afectaba al 55 % de las víctimas en Centroamérica y el Caribe (niñas en su mayoría) y al 57 % en Sudamérica y América del Norte, según la UNODC.
La esclavitud laboral afectó al 15 % de las víctimas en Centroamérica/caribe, al 29 % en Sudamérica y al 39 % en América del Norte.
Otras víctimas de trata terminan en las redes de mendicidad, de adopción o matrimonio forzados, de tráfico de órganos, un delito este último casi invisible para las autoridades.