Elincremento porelivaes automático
Cada año el costo de vida sube como consecuencia del incremento, a veces desmesurado de los precios a productos de consumo diario y de uso frecuente, todos ellos están gravados con el IVA con el mismo 13 % en nuestro caso, no cabe duda entonces de que el monto de lo recaudado por el fisco igualmente crece conforme al aumento de los costos en tales artículos demandados por la población, sin necesidad de emitir nuevos decretos o disposiciones gubernamentales.
Cargar aún más el porcentaje al Impuesto del Valor Agregado significaría elevar artificialmente los precios y el mencionado costo de vida, por ignorancia o ambición de las autoridades por recibir más dinero en las arcas del Estado a costillas del ya sufrido pueblo, sin que haya mejorado los niveles salariales y menos la economía nacional, lo cual es una política arbitraria, cuando para acrecentar los actuales ingresos fiscales lo primero es hacer cumplir las leyes impositivas y hacer efectivas las recaudaciones legales existentes, elusión y evasión fiscales y luego presupuestar lo que realmente le corresponde, basado en los compromisos adquiridos, ajustar a lo real y necesario los recursos humanos trabajando con la eficiencia técnica requerida.
Aparentemente no se establecen las prioridades del gasto e inversiones, ni mucho menos el cálculo de los ingresos por medios técnicamente previstos y basados en los años anteriores, son reglas conocidas y financieramente aceptadas por empresas e instituciones que no viven de ingresos fijos, sino sujetas a variación de ventas, comisiones o impuestos, pero respetan esas normas para hacer presupuestos más ajustados a la realidad.
La delicada situación de iliquidez e “impago” permite dejar a la imaginación de los ciudadanos que no solo se trata de un desorden en las finanzas, sino que el manejo del dinero obedece a caprichos o acciones políticas para ganar adeptos, vía regalos, favoritismos, publicidad excesiva e innecesaria o ejecución de proyectos no urgentes, inviables o incosteables, donde no existe la racionalización del gasto ni la eficiencia bajo un régimen sin control, aparentemente no se considera el comportamiento estadístico de presupuestos anteriores; el pago de seguros médicos privados, adicional a la obligación del Seguro Social, cuando se pueden establecer clínicas empresariales en la institución con el pago de un médico y una enfermera para casos de urgencia, lo que evitaría pérdidas de tiempo a funcionarios y empleados a salir de su local, lo cual afecta menos su rendimiento, en casos delicados ser referidos a especialistas o internados en los hospitales correspondientes y así por el estilo se ven muchos casos de despilfarros.
Ya se ha advertido, no solo en este país sino en varios más, que un incremento en los impuestos lo primero que se afecta es el costo de la producción, las ventas disminuyen, se desincentiva la inversión, disminuye el nivel de empleo, los ingresos al Estado bajan, se restringe la competitividad en los mercados internacionales causando menos exportaciones y un efecto contrario a lo esperado, lo que equivale a un estancamiento o disminución del crecimiento económico; por el contrario la política de reducir impuestos acelera el crecimiento, pero el punto clave es el estudio técnico de aplicar los impuestos existentes donde realmente corresponde, una selección proporcional o diferenciado a los factores de la producción y del consumo, ya sea en productos alimenticios y medicamentos indispensables, además estableciendo relaciones con el PIB y el crecimiento parcial por sectores o total, entre otras estudios previos a una reforma tributaria. No se pretende asesorar, son apreciaciones de la población a causa de la falta de información y claridad en el manejo de la administración pública.
DESDE QUE HAY USO DE CONCIENCIA ES PRECISO CREAR VÍNCULO SENTIMENTAL CON ALGUNA VENTANA. Allá por los años cuarenta del siglo pasado, llegó al país un sacerdote italiano y traía su vehículo particular, consistente en una motocicleta, que para su comodidad y librarse del sol y la lluvia, le había instalado una sombrilla.
Varios años después un señor que residía en Santa Tecla y trabajaba en la capital lo hacía en una motocicleta y muchas veces le vimos haciendo ese recorrido diario.
Como en las calles y avenidas del Gran San Salvador eran muy pocos los vehículos que transitaban, en las esquinas permanecía un policía subido en una pequeña tarima de madera, con una sombrilla, que le cubría del sol y la lluvia; algunos motoristas irresponsables le golpeaban la tarima y lo derribaban con el agente; cuando lograba detenerlo, lo multaba con cinco colones; muchos años después, los cuerpos de seguridad o sea la Guardia Nacional y la Policía de Hacienda, apodados “la Chichera”, usaban las motocicletas, pero estas traían algo adicional, una caja con una llanta sujeta en forma de poder colocar otro pasajero y les llamaban “Seis Car”.
Los semáforos fueron colocados; el primero en la capital el 11 de noviembre de 1950 en la administración presidencial del coronel Óscar Osorio y fue colocado entre la 2.ª avenida sur (hoy Monseñor Óscar Arnulfo Romero y la 6.ª calle oriente). Fue una gran novedad y dio lugar a empezar a ordenar el poco recorrido vehicular, que hoy deja mucho que comentar. En estos tiempos, circulan más las motocicletas en las calles capitalinas, que peatones, por temor a ser atropellados.