Payés dice “no tener idea” sobre militares que vendieron metralletas
Munguía Payés aseguró que la Mara Salvatrucha entregó armas porque la FAES inició una investigación del caso.
Las autoridades de Seguridad manejan con cautela la investigación en contra de militares que hurtaron cuatro ametralladoras M-60 D propiedad de la Fuerza Armada de El Salvador (FAES). Este armamento fue extraído del almacén de Regimiento de Caballería, en San Juan Opico, La Libertad, para venderlo a pandilleros de la Mara Salvatrucha en junio de 2014, según la Fiscalía General de la República (FGR).
El ministro de la Defensa, David Munguía Payés, dijo ayer no tener idea sobre quiénes fueron los militares que participaron de esa transacción. “Es una investigación cerrada que la tiene Fiscalía. Los medios de comunicación han dado información de carácter general de que hay militares involucrados, pero nosotros no tenemos los nombres, eso lo tiene la FGR. No tenemos idea”, dijo.
Sin embargo, en junio de 2014 fueron procesados por ese hurto de armas tres militares en el Juzgado de Primera Instancia Militar de San Salvador. Todos fueron absueltos de cargos por falta de pruebas.
La fiscalía dijo ignorar las identidades de los elementos de la Fuerza Armada. Sin embargo, señaló que por medio de un testigo criteriado, que a cambio de delatar a la MS-13 obtuvo beneficios judiciales, reveló la negociación de los militares con la clica Sancocos Locos Salvatruchos. Esta pandilla pagó aproximadamente $13,000 por las cuatro metralletas.
Una de las fiscales de la Operación Jaque, que dio a conocer el hurto de las armas, dijo que la Mara Salvatrucha tuvo conocimiento sobre la investigación que tenían las autoridades para encontrar las armas. Por esa razón, supuestamente, decidieron dejar tres ametralladoras M-60 en un vehículo en la colonia La Chacra, en Ahuachapán, en mayo de 2015.
Pero Munguía Payés negó ayer esa versión y aseguró: “Las recuperamos en Ahuachapán, pero lo que no coincidimos con la información que ha publicado la FGR, en función del criteriado, es que los pandilleros dejaron abandonadas las armas porque se dieron cuenta de que nosotros ya sabíamos. Eso no tiene sentido. Las armas se encontraron producto de una investigación que nos llevó hasta el vehículo... El Buró Federal de Investigaciones (FBI) de Estados Unidos no participó en la investigación ”.
La cuarta ametralladora, con capacidad para disparar 550 balas por minuto, apareció enterrada en una vivienda de la residencial Finca de Asturias, de Santa Tecla, La Libertad. Eso ocurrió tras una explosión con pólvora.
Sobre eso, el ministro Munguía Payés dijo que la Fiscalía tiene en su poder esa arma de fuego porque aún “está en la etapa de investigación”.
“Ya tenemos dos años que no se pierde armamento de nuestros almacenes. Hemos tomado una serie de medidas de seguridad”. DAVID MUNGUÍA PAYÉS, MINISTRO DE LA DEFENSA