MASACRE EN CONCIERTO EN LAS VEGAS
Un tirador abrió fuego desde lo alto de un hotel en contra de una multitud que asistía a un acto al aire libre. El saldo es de 59 muertos y más de 500 heridos.
“Fue un acto de pura maldad... En momentos de tragedia y horror, Estados Unidos se une como uno solo, así ha sido siempre. Y ahora nos une la tristeza, la conmoción y el dolor”.
DONALD TRUMP, PRESIDENTE DE ESTADOS UNIDOS
Un hombre apostado en el nivel 32 de un hotel de Las Vegas disparó contra un concierto al aire libre al que asistieron cerca de 22,000 personas, y convirtió la explanada en un campo de muerte del cual no había muchas opciones para escapar. Al menos 59 personas fallecieron, de acuerdo con los últimos reportes de ayer.
Esta es la peor matanza a tiros en suelo estadounidense en la historia moderna del país. La policía dijo que 527 personas resultaron heridas.
El motivo del ataque continúa siendo un misterio. “No puedo meterme a la mente de un psicópata en este momento”, dijo el jefe de la Policía, Joseph Lombardo.
Los asistentes al concierto corrieron por sus vidas el domingo por la noche al otro lado de la calle del Mandalay Bay Hotel and Casino, luego de que escucharon lo que en un comienzo parecían fuegos artificiales pero resultaron ser ráfagas de disparos, quizá de un arma automática.
Agentes del equipo táctico SWAT usaron explosivos para entrar en la habitación de hotel del atacante y hallaron que se había suicidado, dijeron las autoridades. El atacante fue identificado como Stephen Craig Paddock, de 64 años, un pensionado de Mesquite, Nevada, y tenía consigo por los menos 17 armas de fuego, incluyendo fusiles.
El llamado Estado Islámico se atribuyó el ataque. Sin embargo, el agente del FBI Aaron Rouse y otros más dijeron que los investigadores no habían visto nada hasta ahora que vinculara el ataque con grupo terrorista alguno.
La estrella de la música country Jason Aldean estaba en el escenario del Route 91 Harvest Festival el domingo cuando el agresor usó un objeto (sospechan que un martillo) para reventar las ventanas de su cuarto de hotel y comenzó a disparar. Las luces de los disparos se podían percibir en la oscuridad, informaron las autoridades.
La multitud, ubicada en un espacio al aire libre, tenía pocos lugares para cubrirse y ningún camino para escapar fácilmente. Algunas víctimas cayeron al suelo, mientras que otras huyeron en pánico. Algunos se escondieron detrás de los puestos de venta y otros se arrastraron debajo de autos estacionados.
Luego de la primera ráfaga de disparos, la música se detuvo. Aldean abandonó el escenario mientras los asistentes estaban confundidos. La segunda ráfaga continuó tras medio minuto.
“Fue lo más loco que he visto en toda mi vida”, dijo Kodiak Yazzie, de 36 años. “Podías escuchar que el ruido venía del lado oeste de donde nosotros estábamos, del Mandalay Bay. Podías ver una luz, otra luz, más luces”.
Monique Dumas, de la Columbia Británica de Canadá, dijo que estaba a seis filas del escenario cuando comenzaron los disparos. Al principio, dijo que pensó que alguna botella se había roto, y luego que más bien se trataba de fuegos artificiales.
El tiroteo estuvo activo por varios minutos.
“Condenamos la violencia en todas sus formas y la cobardía de atacar de forma irracional a población indefensa. Nuestro espíritu está con ustedes, familias de las víctimas de tan abominable suceso”.
SALVADOR SÁNCHEZ CERÉN
PRESIDENTE DE EL SALVADOR