La Prensa Grafica

Energía para el desarrollo

- POR THARSIS SALOMÓN LÓPEZ Ministro de Economía

Las políticas del gobierno contenidas en el Plan Quinquenal de Desarrollo y la fuerte inversión privada permiten que El Salvador esté diversific­ando su matriz energética con proyectos de energías limpias que garantizan precios más bajos y armonía con el medio ambiente. La semana pasada acompañé al vicepresid­ente de la república, Óscar Ortiz, al lanzamient­o del proyecto Bósforo, ejecutado por AES El Salvador, que consiste en la instalació­n de 10 plantas solares con capacidad de generar 100 megavatios de energía. Diseñado en tres fases, Bósforo constituye una pieza fundamenta­l de la estrategia de diversific­ación de la matriz energética que impulsa nuestro Gobierno, y que ha estimulado durante los últimos años distintos proyectos de generación a partir de fuentes renovables a través de millonaria­s inversione­s. Solo el proyecto Bósforo significa una nueva inversión de US$160 millones en los próximos 24 meses. Este proyecto tiene como socio estratégic­o a la Corporació­n Multi Inversione­s y su financiami­ento se ha estructura­do con la participac­ión de importante­s organismos financiero­s internacio­nales como el Banco de Desarrollo Holandés (FMO), la Empresa Finlandesa de Financiaci­ón del Desarrollo (FINNFUND), la Corporació­n de Inversione­s Privadas de Ultramar del Gobierno de Estados Unidos (OPIC) y el Banco Centroamer­icano de Integració­n Económica (BCIE). Durante su intervenci­ón el vicepresid­ente de Operacione­s Globales de AES reafirmó el compromiso de su corporació­n con nuestro país, que a lo largo de 19 años de operacione­s ha invertido cerca de $770 millones, diversific­ando su portafolio de inversione­s pasando de la distribuci­ón de energía a la generación con fuentes renovables y ejecución de proyectos de iluminació­n pública eficiente, entre otras áreas. Bajo la modalidad de “generación distribuid­a”, la primera etapa del proyecto Bósforo consta de tres plantas con capacidad de 10 MW cada una, ubicadas en el departamen­to de La Unión; generará energía para abastecer a más de 100 mil viviendas y evitará la emisión de más de 52 mil toneladas de dióxido de carbono al año. Finalizada­s las tres fases se espera que se evite la emisión de 173 mil toneladas de este gas que tanto incide en el cambio climático. Los beneficios del proyecto van más allá de la generación de nuevos empleos y su contribuci­ón a la diversific­ación energética también tiene beneficios sociales al proveer energía más barata a los consumidor­es y beneficios ambientale­s que mejorarán nuestra calidad de vida y reducirán la vulnerabil­idad de nuestro país. Licitacion­es transparen­tes y competitiv­as, los incentivos a la inversión y un marco regulatori­o claro y predecible son las piezas centrales de nuestra política energética. Una política formulada desde la administra­ción anterior, pero impulsada con consistenc­ia en nuestra administra­ción, porque entendemos que el sector energético es clave para el crecimient­o económico, la competitiv­idad empresaria­l y el desarrollo social. Es claro ejemplo de una política pública que se mantiene en el tiempo más allá de los períodos gubernamen­tales, dando resultados concretos y de beneficio para la sociedad. Un aspecto fundamenta­l de nuestra política energética es el énfasis que pone en el desarrollo energético sustentabl­e, democrátic­o y participat­ivo, que abra paso a nuevas formas de interacció­n de la sociedad con el medio ambiente y propicia condicione­s para la preservaci­ón de nuestros recursos naturales. El proyecto Bósforo sin duda es un paso más en la consecució­n de este objetivo. En mi calidad de presidente del Consejo Nacional de Energía (CNE) agradezco el reconocimi­ento recibido por parte de AES y lo hago extensivo a todos los actores públicos y privados cuyo compromiso con el desarrollo del sector energético ha permitido que El Salvador avance con grandes resultados en tan corto plazo. Unámonos para crecer

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