Salvadoreños en el exterior otorgan ayuda para asilo
Han cubierto gastos de medicina de los ancianos y están apoyando con mejoras en las instalaciones.
Un grupo de salvadoreños residentes en los estados de Virginia y Maryland, Estados Unidos (EUA), llegaron al asilo El Nazareno, de la ciudad de La Unión, para conocer las necesidades que tiene el centro de acogida y buscar opciones para poder ayudar.
Este grupo de salvadoreños ayuda a los inquilinos de dicho asilo desde diciembre del año pasado. La primera acción que realizaron fue cancelar el costo de toda la medicina que el asilo debía a dos farmacias de la ciudad unionense. Luego realizaron un aporte económico para ejecutar algunas reparaciones de infraestructura, como la del portón eléctrico.
“Vamos a apoyar al asilo con unas puertas de hierro y unas mallas para que no se cuelen insectos al comedor y la cocina, porque esa es una exigencia pero por la falta de recursos no se ha hecho; en los próximos días vamos a comenzar a hacer esas instalaciones”, indicó Inmer Villalta, salvadoreño en Estados Unidos.
Los compatriotas que realizaron la visita al asilo y que residen en EUA pertenecen a un club de motociclistas de nombre The Eagles #1 - Riders, que aparte de realizar deporte y entretenimiento, también están conscientes de las necesidades que se tienen en El Salvador, y principalmente en el asilo unionense.
“Los que estamos en Estados Unidos y podemos dar a la iglesia nosotros lo usamos para ayudar y realizar obras sociales, pero hay otras personas que nos colaboran, y ahora que hemos visitado el asilo nos vamos encantados y motivados para seguir trabajando y ayudar a este lugar”, indicó Héctor Salvador Flores, salvadoreño residente en Virginia.
La visita se dio en el marco del mes dedicado a la celebración del adulto mayor, un período que sirve para concienciar a la población sobre el cuidado y respeto de los derechos de este sector poblacional.
El asilo unionense es coordinado por un grupo de empresarios voluntarios con la parroquia San Carlos Borromeo. Los impulsores de esta iniciativa aseguran que tienen la intensión de recibir a más ancianos, pero la capacidad económica es insuficiente para cubrir las necesidades.
A este acercamiento también se unió una familia del cantón Tizatillo, de San Alejo, quien llevó música y alimentación a los ancianos para compartir un momento alegre con ellos.