OLVÍDATE DE CONTAR LAS CALORÍAS
Las dietas tradicionales para perder peso se basan en reducir la cantidad de calorías que se consumen. Pero un nuevo estudio sugiere que las personas que reducen el azúcar agregado, los granos refinados y los alimentos altamente procesados y los reemplazan por una dieta balanceada sin preocuparse por contar las calorías pierden cantidades significativas de peso en el transcurso de un año. De acuerdo con Univision.com, la investigación, publicada en febrero en JAMA, apunta que la estrategia funcionó para las personas que siguieron dietas bajas en grasas.
CHRISTOPHER D. GARDNER,
ELEGIR LOS ALIMENTOS A CONCIENCIA
El Dr. Christopher D. Gardner, director de estudios de nutrición del Stanford Prevention Research Center, y sus colegas eligieron a personas con sobrepeso y obesidad. Los adultos que participaron se dividieron en dos grupos de dieta: baja en grasas y baja en carbohidratos. Los miembros de ambos grupos asistieron a clases con dietistas, donde fueron entrenados para comer alimentos mínimamente procesados. Por ejemplo, refrescos, jugos de frutas, muffins, arroz blanco y pan blanco son técnicamente bajos en grasa, pero al grupo de bajos en grasa se le dijo que evitaran esos alimentos y que los sustituyeran por arroz integral, avena, carnes magras, productos lácteos bajos en grasa, quinoa, fruta fresca y otras legumbres. Tras un año de enfocarse en la calidad de los alimentos y no en las calorías, se halló que los dos grupos perdieron cantidades sustanciales de peso. Ambos grupos también vieron mejoras en otros marcadores de salud, como reducción en el tamaño de su cintura, menos grasa corporal, menos azúcar en sangre y presión arterial.
“Creo que donde nos equivocamos es en decirle a la gente que calcule las calorías que consume y luego sugerirles que disminuyan 500, lo que las hace sentirse desdichadas”, dijo.
La OMS, en su informe “Obesidad: prevenir la epidemia global”, indica que proponer a quien padece sobrepeso que consiga un peso ideal “no es un objetivo apropiado” y que la promesa del “peso ideal” es prácticamente irrealizable; eso significa que aumentará notablemente el riesgo de frustración por pretender alcanzarla.