Piden mejorar Plaza del Maíz en ciudad vicentina
Alcaldía afirma que no puede invertir porque el terreno es propiedad de FENADESAL, el cual es ocupado para otras actividades.
Se mojan sus productos cuando llueve y el piso húmedo también les afecta, expresaron varios agricultores que los jueves y domingos llegan a vender maíz, frijol y otros granos a la Plaza del Maíz, la cual está ubicada en el mismo terreno donde funciona la terminal de buses de la ciudad de San Vicente. Este es un espacio abierto, sin ninguna infraestructura, el área la delimitan agentes municipales, quienes cobran el ingreso a los vendedores.
“Cuando viene la lluvia, salimos corriendo con el grano para que no se nos moje porque se arruina; entonces, necesitamos que se nos haga techo y pavimenten el piso”, manifestó Juan Francisco Escoto.
AJENO EL ALCALDE MEDARDO HERNÁNDEZ LARA NO DESCARTÓ QUE A LARGO PLAZO LA MUNICIPALIDAD ADQUIERA UN TERRENO EN OTRO LUGAR, O QUE SE DESARROLLE UN PROCESO DE NEGOCIACIÓN CON FENADESAL, PROPIETARIA DEL QUE ACTUALMENTE SE OCUPA.
Escoto, como otros vicentinos, dijo que el lugar no cumple con lo básico, pues lo que tienen es un “predio baldío” que es ocupado para diferentes actividades, como la colocación de los juegos mecánicos de la feria de Los Santos.
Pero son de la idea de que pagan por ocuparlo y por lo menos esperarían que se haga una galera y se adecúe una zona de parqueo, ya que si bien el lugar es utilizado de tres a cuatro horas desde las 4 de la mañana, es necesario contar con lo necesario.
“Sí es cierto que pagamos entre $0.40 y $1 por entrar, pero estamos dinamizando la plaza; sin los agricultores que venimos, no habría plaza. Queremos que la mejoren o que se adecúe un espacio en otro lugar”, opinó Ernesto Evaristo Cañas, productor.
Agregan que con los precios a los que venden sus granos no les queda ganancia, algunos incluso dicen que los comercializan solo para el consumo de los hogares y los costos no son recuperados.
“El abono caro, la semilla también, los productos para controlar las plagas no se diga. Aquí se nos controla cómo vendemos el maíz, o cada quien ofrece lo que quiere y uno se ve en la necesidad de darlo como digan, pero no se controlan los costos de los productos que nosotros ocupamos”, se quejó Rosa Flores.