Hijo alfabetiza a su madre para ayudarle a cumplir metas
Con orgullo John Recinos abraza a su madre, Santos Vanegas, quien hace unas semanas obtuvo su acreditación como graduada del primer nivel del Programa Nacional de Alfabetización.
Entre las actividades diarias del hogar y las obligaciones escolares, Santos Aminta Vanegas y John Recinos, madre e hijo, dedican dos horas al día al repaso de letras, consonantes, sumas y restas. Esta escena sería bastante común de no ser porque es el joven de 16 años quien desde hace un año instruye a su madre en lectura y escritura.
Ambos residen en Santa Cruz Michapa, departamento de Cuscatlán, municipio que el 27 de abril de este año fue declarado libre de analfabetismo. En esta conmemoración, Santos participó como oradora y expuso su testimonio a cientos de personas: asociados, facilitadores y representantes del Ministerio de Educación.
“Ese día me sentí muy nerviosa, pero quería que todos supieran que gracias a este programa y a mi hijo, ahora puedo leer y escribir. Demostrarles que sí es posible lograr las metas”, comentó Vanegas.
Desde muy corta edad Santos tuvo pocas oportunidades de superación, sus padres, también analfabetas, decidieron no enviarla a estudiar y que se quedara en casa cuidando a sus hermanos y sobrinos. Cuando cumplió los 13 años, su papá le ofreció llevarla al centro escolar, para ella fue una gran noticia; sin embargo, al descubrir que era la mayor en el aula, se sintió avergonzada y dejó de asistir.
La vida transcurrió y se enfrentó a muchas dificultades, comenta que siempre necesitó ayuda para realizar trámites, no era capaz de leer por sí misma o ayudar a sus hijos con las tareas. “Es difícil y muy doloroso porque tú quieres ayudarles. Quieres enseñarles las vocales, que las repasen, pero si ni tú las conoces, ¿cómo les enseñas?”, expresó.
Unirse al Programa Nacional de Alfabetización del Ministerio de Educación fue idea de John, quien tras escuchar una charla informativa, supo que era la oportunidad perfecta para ayudar a que su madre lograra sus metas.
“Siempre supe que uno de los sueños de mi mamá era aprender a leer y escribir, pero nunca nos lo decía, ya sea por pena o para que no nos preocupáramos. Al principio no sabía si ella iba a aceptar, pero cuando me dijo que sí quería que yo la alfabetizara me emocioné mucho, e inmediatamente iniciamos las clases”.
Un año después, Santos ha aprendido a leer y escribir, lo que
“Jamás me avergonzaría de mi mamá, ella ha dado todo por mí y mis hermanos. Ahora es mi deber ayudarle y eso quiero hacer, que logre sus metas”.
JOHN RECINOS, VOLUNTARIO DEL PROGRAMA NACIONAL DE ALFABETIZACIÓN DEL MINED
“Mi hijo ha sido una gran bendición. Gracias a él pude vencer un miedo y lograr mis metas”.
SANTOS AMINTA VANEGAS, ASOCIADA DEL PROGRAMA NACIONAL DE ALFABETIZACIÓN DEL MINED
la llena de orgullo y confianza. Ambos aseguran que el proceso no ha sido fácil, tanto uno como el otro han tenido paciencia y constancia; sin embargo, los frutos son notorios. Incluso hace unas semanas Santos decidió escribirle una carta a su hijo agradeciéndole todo el esfuerzo que le ha dedicado.
“Te agradezco por haberme enseñado por medio de este libro. He aprendido mucho en cuanto al lenguaje y en cuanto a los números, sumas, restas, multiplicaciones y divisiones. Mil gracias, fue muy importante para mí. Muchas gracias”, escribió.
John asegura sentir admiración por su madre, ya que a pesar de todas las dificultades, siempre ha sido alegre y amorosa. “Jamás me avergonzaría de mi mamá, ella ha dado todo por mí y mis hermanos. Ahora es mi deber ayudarle y eso quiero hacer, que logre sus metas”, finalizó.