4. Incluir carbohidratos complejos, nunca eliminarlos
Los carbohidratos, dice Branz, son nuestra principal fuente de energía, es lo que mantiene a nuestro cerebro y corazón funcionando. “Las dietas que eliminan los carbohidratos no son buenas. Tu cuerpo se acostumbra a no asimilarlos, se pone muy débil, y luego apenas ingieres un pedacito de pan tu cuerpo va a asimilar el 100 % de ese pan, ya que lo has tenido en estado de supervivencia por mucho tiempo. Lo mejor es consumirlos con moderación. La avena en hojuelas, quinoa, pan integral, pasta integral y arroz integral son excelentes opciones. “Las grasas son necesarias para el balance hormonal y para el buen funcionamiento del cerebro y del corazón. Tienen más calorías que los carbohidratos (9 kilocalorías por gramo) y por eso se debe controlar la cantidad. Las mejores opciones son el aceite de oliva, el aceite de coco, los frutos secos, el aguacate, las aceitunas, las semillas de girasol, el atún y el salmón”. Según Branz, se pueden ingerir hasta tres raciones de grasas buenas al día. Un ración equivale a un puñito de frutos secos, de unidad de aguacate o una cucharadita de aceite. Según Branz, eso de que comer varias veces al día acelera el metabolismo es un mito. “Merendar es importante porque regula los niveles de azúcar en sangre, disminuye la ansiedad y controla el hambre. Lo que a su vez hace que no comamos de más en la próxima comida”.