Cultivar melones, una forma de salir de la pobreza
La producción anual es de 500 toneladas de melones, la mitad son exportados a Vietnam.
Cultivar melones en el clima húmedo y cálido de la región meridional china de Guangxi permite a familias de cuatro miembros ingresar en conjunto 18,000 yuanes al año (unos $2,700), un salario no apto para lujos pero con el que antes no contaban.
Las afortunadas son 50 familias de Helv, a las afueras de la ciudad de Laibin, que hasta hace dos años se veían obligadas a dejar a los niños pequeños con sus familiares y emigrar de forma ilegal a las grandes ciudades buscando empleo.
En 2016, sus posibilidades aumentaron cuando el Gobierno decidió incluir esa aldea en su programa de reducción de la pobreza y subsidiar a empresas agrícolas para que emplearan a aldeanos sin recursos.
Este fue el caso de la señora Liao, de edad avanzada y perteneciente a la etnia zhuang, que mientras trabaja la tierra acuclillada en un invernadero, reconoce que “antes tenían que salir de la aldea para poder sobrevivir trabajando de lo que fuera”, pero que ahora trabaja “un total de ocho horas al día”, en la puerta de su casa y de forma relajada.
Con su labor contribuyen a que la compañía, que cuenta con una extensión de terreno de 15.6 hectáreas, genere una producción anual de 500 toneladas de melones.
LAS CONDICIONES METEOROLÓGICAS ADVERSAS EN LAS QUE PREDOMINAN LAS LLUVIAS MONZÓNICAS CONTRIBUYEN A QUE 3 MILLONES DE RESIDENTES EN EL CAMPO VIVAN EN CONDICIONES DE POBREZA (7 % DEL TOTAL DE ESTAS ÁREAS), SEGÚN EL BANCO MUNDIAL.