La corrupción en El Salvador no es una situación única”
El Salvador no es una situación única. Lo que vive hoy día El Salvador en aspectos de señalamiento de actos de corrupción hacia sus expresidentes pasa en muchos países de América Latina. Argentina se habla de la grieta porque es un país partido en dos donde acaba de dejar el gobierno una fracción que ha estado más de 10 años en el poder y que ha saqueado al Estado argentino y tiene al país dividido en dos partes. En Brasil la mitad de la población sigue apoyando a Lula (Da Silva) a pesar de la evidencia de que ha incurrido en actos de corrupción y no se olvide que está hablando con alguien del Perú, país en el que los últimos cinco expresidentes dos han estado presos, uno es prófugo y los dos otros dos están investigados por corrupción. Esta es una situación sistémica y no va a cambiar porque llegue una buena persona al poder, esto va a cambiar en la medida que las estructuras sean reformadas y se desbaraten los sistemas operativos en las que redes criminales junto a funcionarios y élites empresariales negativas deciden saquear al Estado.
“Esta es una situación sistémica y no va a cambiar porque llegue una buena persona al poder, esto va a cambiar en la medida que las estructuras sean reformadas y se desbaraten los sistemas operativos en las que redes criminales junto a funcionarios y élites empresariales negativas deciden saquear al Estado”.
La receta no la tengo, pero como se ha visto en distintos procesos sociales de un momento a otro la explosión puede ocurrir como sucedió ya en Brasil con millones de personas en la calle. Ha ocurrido en Guatemala, Honduras, República Dominicana, Corea del Sur y Rumania por decir algunos casos. Hay una serie de procesos históricos en los que la ciudadanía se harta de esta situación y decide ponerle un fin y explota socialmente. Significa que el sistema operativo de corrupción penetra el sistema de justicia, las instituciones tanto en el Poder Legislativo como el Ejecutivo. Entonces no es fácil hablar de instituciones limpias y más aun cuando en América Latina siempre hablamos de una débil institucionalidad. Esto es un proceso que tiene que pasar en primer lugar por romper la rutina de impunidad, las prácticas corruptas de siempre, empezar a generar una diferencia y ahí la justicia juega un papel, pero la estructura no va a cambiar desde el Poder Judicial, este quizá sea el eslabón que empiece a ser la diferencia investigando y sancionando, pero luego se requiere de una reforma que una a otros eslabones en la lucha. Es exactamente así.
Hay signos interesantes en El Salvador. El hecho que haya dos expresidentes investigados por corrupción, uno prófugo y el otro detenido y que haya habido en otros tiempos casos emblemáticos que han incluso generado sentencias condenatorias significa que hay un comienzo, pero esto es como la punta de un iceberg que debajo tiene aún muchísima corrupción a la que hay que enfrentar y hacerlo a la mayor velocidad tratando de evitar que se detenga. JOSÉ UGAZ Trayectoria: Experto en derecho penal, fue designado como procurador ad hoc del Perú en varios casos de corrupción. Presidente de la Junta de Transparencia Internacional (2014-2017).