Pandilleros mataban y calcinaban a mujeres que los rechazaban
Tres fueron condenados por feminicidios en municipios de Usulután, con penas de hasta 90 años de cárcel.
En la lotificación El Bosque, del municipio de Puerto El Triunfo, Usulután, era normal hace unos ocho años escuchar a los niños corriendo y jugando en las calles de polvo. Había libertad de salir, poner una silla y hablar con los vecinos. La noche llegaba y quizás el único problema, si así se le puede llamar, eran los borrachos que llegaban a la tienda más grande del sector y bebían en la acera hasta la medianoche.
Pero la tranquilidad se terminó cuando en 2012 comenzaron a llegar jóvenes que vestían ropas flojas, con gorras y un aspecto desaliñado. Las tiendas comenzaron a cerrar temprano. Los pobladores se encerraban en sus viviendas y ya no salían.
La noche del 24 de junio de 2013 Ana Cristina Torres Mendoza, de 40 años, y su hija Yancy Nohemí Torres, de 16, se encontraban haciendo su cena cuando tres pandilleros irrumpieron en su vivienda. Uno de estos era Carlos Isaac Larios Montoya, quien le dijo a Ana Cristina: “Qué pedo? Nos vas a tirar el paro de salir?”. Como ella se negó Larios la tomó del brazo y otro pandillero, Vicente Omari Villegas Castro, agarró a la fuerza a la menor. Verificaron que en la calle no hubiera nadie y las obligaron a subir a un vehículo. Ambas fueron trasladadas a unos terrenos utilizados para el pastoreo de ganado y para la siembra, ubicados en el cantón Chaguantique, de Jiquilisco, Usulután, donde fueron asesinadas con armas blancas y luego calcinadas. Los cadáveres fueron encontrados dos días después.
“Este caso tiene un fenómeno y es que entre la madre (Ana Cristina) había afinidad con el ‘Perro Elástico’ (Larios Montoya), tenían confianza y acercamiento y quería que le sacara a la hija de 16 años (Yanci), porque el ‘Scooby’ (pandillero no imputado) quería estar con ella. La madre le dijo que no, y por eso se las llevan”, detallaron fuentes del Juzgado Especializado de Sentencia de San Miguel.
“Aparecieron con cortes en el cuello, descuartizadas y quemadas. Ahí hay un desprecio en el tema de las mujeres, ya que, por el hecho de no acceder a tener relaciones sexuales, las asesinaron”, indicó la fuente.
La madre se dedicaba a oficios domésticos y vendía productos de belleza por catálogo, y su hija era estudiante de noveno grado en el Centro Escolar Ramiro Martínez Pineda, de Jiquilisco.
Por el crimen de la menor también se encontró responsable a Amílcar Antonio Alfaro Claros.
El 6 de mayo de 2012 este último también participó en el homicidio de Ana Lorena Guzmán, quien fue asesinada cuando se encontraba con su novio, el pandillero Reynaldo Augusto Mejía, en el caserío Hacienda, cantón Chaguantique, de Puerto El Triunfo. La fuente señaló que fue asesinada con una navaja y luego la quemaron.
Los terroristas fueron condenados a penas de entre 30 y 90 años de cárcel por los asesinatos de las mujeres.
“Llegaron a esa zona a hacer mucha maldad y buscaban tener relaciones (sexuales) con las jóvenes de esa zona, y si no querían las violaban y las asesinaban”. JUZGADO ESPECIALIZADO DE SENTENCIA DE SAN MIGUEL