Oficialismo retoma Monimbó tras un intenso bombardeo
Organizaciones informaron sobre tres muertos y 40 capturados en la jornada.
La policía nacional de Nicaragua y las fuerzas paramilitares afines al Gobierno lograron ayer recuperar el control del simbólico del barrio de Monimbó, en la ciudad de Masaya, al sureste de la capital, y el lugar que se había convertido en epicentro de la resistencia contra el presidente Daniel Ortega.
Desde primera hora los grupos oficialistas empezaron a atacar a los opositores, que defendían los bloqueos viales y las barricadas levantadas desde mediados de abril y por la tarde ya habían tomado control de ese simbólico barrio donde los nicaragüenses se alzaron contra el dictador Anastasio Somoza a fines de los setenta como parte de la revolución que abanderó, entre otros, el actual mandatario.
Las imágenes difundidas por la televisión local mostraron a pobladores de Masaya escondidos tras barricadas levantadas con adoquines tras las cuales los jóvenes disparaban con morteros artesanales a las fuerzas oficialistas, que avanzaban con armas de alto calibre.
Horas después, los grupos progubernamentales divulgaron videos en los que se veía a hombres de civil con los rostros cubiertos disparando al aire sus rifles semiautomáticos y celebrando la recuperación de Monimbó.
Álvaro Leiva, director de la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPDH), confirmó la muerte de tres personas: un oficial de policía, una mujer alcanzada por dos disparos y un tercer ciudadano que estaba en las barricadas.
Además dijo que hay decenas de heridos que no podían salir de Masaya porque los paramilitares mantenían sitiada la ciudad, por lo que urgió a que se habilitara un corredor humanitario. “El poder de fuego de ellos (Gobierno) no se compara con nuestras armas artesanales”, afirmó una mujer que ayudaba a los heridos.
“Masaya ahora está sitiada y los paramilitares siguen sembrando el terror, disparando ráfagas al aire y contra las casas, es algo fuera de toda razón”, acotó Leiva.
“No es aceptable pensar que los muertos y víctimas de la violencia pueden solucionar una crisis política y garantizar un futuro de paz”. STANISLAW WALDEMAR, NUNCIO APOSTÓLICO