SEQUÍA BAJÓ A LA MITAD GENERACIÓN HIDROELÉCTRICA
En julio, el aporte energético de las hidroeléctricas se redujo a más de la mitad. La UT dice que los embalses tienen agua, pero se manejan de forma que haya una reserva para generar en temporada seca.
El aporte de la energía generada con agua se redujo a más de la mitad en julio, que se caracterizó por una intensa sequía que afectó particularmente a la zona oriental y paracentral. El mes pasado las cuatro presas hidroeléctricas —Guajoyo, Cerrón Grande, 5 de Noviembre y 15 de Septiembre — inyectaron el 21.1 % de toda la energía del país, mientras que en el mismo período del año pasado el aporte fue de 44.2 %.
Esta caída en la generación hidroeléctrica no significa que los embalses estén vacíos, sino que “no se han venido llenando como tenían que haberse llenado, debido a las bajas lluvias”, según Juan Ceavega, gerente de energía de la Asociación Salvadoreña de Industriales (ASI) y director de la Unidad de Transacciones (UT). Puntualizó que en la UT han buscado manejar los embalses “para no quedarnos sin agua en verano, que es cuando más se necesita”.
De acuerdo con los datos del Consejo Nacional de Energía (CNE), el embalse del Cerrón Grande tenía una altura de 234 metros sobre el nivel del mar (msnm), casi cuatro metros menos que en la misma época de 2017. El embalse de Guajoyo se mantenía a 424.4 msnm, un metro y medio por debajo del año pasado. Las presas 5 de Noviembre y 15 de Septiembre no han reducido la altura.
“Hemos pasado por una canícula. Ha llovido menos (...) los embalses han ido llenándose según lo que se había proyectado porque llovió bastante al principio”, agregó Ceavega, y enfatizó en que “los embalses no están vacíos, pero en la UT se está alerta”.
En cuanto a la generación de energía, los datos del CNE evidencian que la 15 de Septiembre pasó de aportar 79,444.86 MWH a 17,018.56 MWH entre junio y julio, una caída del 78.6 %. La 5 de Noviembre, a la que recientemente se le amplió su capacidad para generar, pasó de 63,247.67 MWH a 23,357.08 MWH, un recorte del 63 %. El Cerrón Grande inyectó en junio 43,528.42 MWH, en julio esto cayó a un poco más de la mitad con unos 20,254.01 MWH.
Guajoyo pasó de 5,104.98 MWH en junio a 5,079.69 en julio, según los datos del CNE.
Además del agua, el país cuenta con recursos para generar energía como la geotermia y la solar. Sin embargo, se ha reemplazado el aporte de las presas hidroeléctricas con más búnker, es decir, combustible fósil. Este recurso tiene las desventajas de ser contaminante y de ser más costoso, puesto que está sujeto a las variaciones de los precios del petróleo.
De hecho, desde el 15 de julio pasado aumentaron las tarifas de acuerdo
con el encarecimiento del petróleo y la escasez de lluvia, según la Superintendencia General de Electricidad y Telecomunicaciones (SIGET).
El precio promedio de la energía, vigente hasta el 14 de septiembre, es de $135.09/MWH. Esto implicó un incremento de 3.4 % en la factura de los hogares.
En El Salvador los precios de la energía cambian cada tres meses y dependen del costo. Tecnologías limpias como la solar y la hidroeléctrica tienen las bondades de ser más baratas que comprar combustible. No obstante, como señaló Ceavega, para echar a andar las presas hidroeléctricas es necesario tomar en cuenta cuánta agua caerá, porque si los embalses quedan en niveles demasiado bajos, no se podrán utilizar para nada en los meses de verano, lo que dejará al país a merced del petróleo más caro.
El clima ha complicado la situación por la escasez de lluvia que se ha vivido en partes del territorio salvadoreño, al punto de que se ha declarado alerta naranja en 12 departamentos y roja en muchos municipios, aunque la afectación más fuerte se ha visto en la agricultura.
Ceavega dijo que aún es pronto para decir que la actual escasez de lluvia se traducirá en un aumento en el precio de la energía a partir del 15 de septiembre, cuando entre en vigor una tarifa nueva. Sin embargo, señaló que lo que aumenta el costo es la generación por búnker.
“Lo que más afecta es el costo de la energía porque siempre se genera con térmica, si tuviéramos más agua, generaríamos más hidroeléctrica”, sostuvo .
El factor principal tras el último incremento en las tarifas es, según la SIGET, que el precio del combustible subió en promedio $7.27 por barril con respecto al promedio del trimestre anterior.
“Por eso nosotros (ASI) siempre hemos insistido en que hay que tener una visión amplia de diversificar nuestra matriz con otras fuentes porque no podemos depender de excedentes de otros países”, señaló Ceavega.
De hecho, el vocero también enfatizó en que “hay que invertir en transmisión”, es decir, la capacidad que tiene el tendido eléctrico para transportar la energía de otras partes. “¿De qué nos puede servir que vaya a haber 1,000 megas (MW) en otros lados si no los podemos traer por saturación en transmisión?”, cuestionó el gerente de energía de la ASI.
Actualmente hay un proyecto de expansión de la Empresa Transmisora Salvadoreña (ETESAL), subsidiaria de la estatal Comisión Ejecutiva Hidroeléctrica del Río Lempa (CEL), en discusión en la SIGET, que consiste en robustecer las líneas, construir subestaciones y facilitaría llevar más energía a la zona norte del país.
Ceavega afirmó que la inversión en transmisión debe ir 10 años adelante. De hecho, para la ASI la expansión de la transmisión debió acompañar la política energética del CNE que resultó en la incorporación de proyectos renovables.
El Administrador del Mercado Mayorista (AMM) de Guatemala, equivalente a la UT salvadoreña, exhortó al país a invertir en infraestructura. Guatemala es el principal exportador de energía en Centroamérica y El Salvador es el principal destino.
Entre enero y agosto de 2017, El Salvador compró el 70 % de toda la energía que se inyectó al Mercado Eléctrico Regional (MER). Guatemala tiene altos excedentes por la generación producida por sus ingenios azucareros y por sus plantas de gas natural.