La eucaristía fue presidida por el sacerdote jesuita José María Tojeira.
La vigilia previa a la canonización de Óscar Romero inició ayer con una misa presidida por el sacerdote jesuita José María Tojeira. Arrancó un poco después de las 8:30 de la noche, media hora más tarde de lo estipulado en el programa.
La plaza Gerardo Barrios lucía abarrotada por los feligreses que decidieron vivir juntos el momento exacto en que la máxima autoridad de la Iglesia católica, el papa Francisco, subía a Romero a los altares.
“Esperábamos con ansiedad la confirmación oficial de la Iglesia sobre su santidad, aunque ya la reconocíamos desde antes”, comentó durante la homilía de la misa Tojeira.
La eucaristía fue transmitida por televisión a través de una red de canales católicos. También lo hizo Televisión de El Salvador. En esta última plataforma se enfocó a Hugo Martínez, candidato a la presidencia por el FMLN, al menos cuatro veces. Estaba junto a su compañera en el partido, la dirigente Norma Guevara.
Tojeira decidió ponderar la fuerte voz de denuncia del ahora santo en su intervención, remarcando sus cualidades de personaje incómodo.
“Él actuaba cubriendo de amor a los necesitados y diciéndole la verdad a los victimarios”, afirmó el padre, quien también decidió recordar a aquellos que continuaron, desde el Arzobispado de San Salvador, con su legado, como Arturo Rivera y Damas, quien lo relevó al frente de esa arquidiócesis. O María Julia Hernández, quien dirigió Tutela Legal.
“Que viva el pueblo salvadoreño, con el que no cuesta ser buen pastor”, finalizó Tojeira.
VEA COBERTURA ESPECIAL DE LA CANONIZACIÓN DE SAN ROMERO