ROCES ENTRE MIGRANTES HONDUREÑOS Y SALVADOREÑOS
Los migrantes que son parte de la caravana de salvadoreños fueron amenazados por hondureños en México, que se pusieron a la defensiva cuando las autoridades de ese país unieron a los dos grupos.
“Un grupo de jóvenes, al parecer pandilleros, nos amenazaron con destazarnos si nos quedábamos y si pretendíamos tomar el control de la caravana”. Eso le dijo un migrante salvadoreño identificado como Jairo Antonio Guevara al periódico mexicano Vanguardia sobre la experiencia que tuvieron al entrar en contacto con migrantes hondureños en la ciudad Matías Romero, en el estado de Oaxaca.
Según publicó ese medio el sábado, la policía federal mexicana llevó a los salvadoreños con el otro grupo de migrantes de Honduras.
Eso abría la posibilidad de que los migrantes de ambos países hicieran juntos el viaje hacia el norte de México.
El objetivo de los centroamericanos que huyen de sus países es cruzar la frontera sur de Estados Unidos.
Pero los salvadoreños y hondureños habrían protagonizado un pleito, que fue controlado.
Sin embargo, los migrantes de El Salvador no pudieron quedarse en el Estadio Ferrocarrilero y tuvieron que buscar otro lugar para descansar.
Según Vanguardia.com.mx, la parroquia católica ha dado alimentos a los centroamericanos: pan, café y frijoles con arroz.
El diario dijo que incluso se produjo un forcejeo y que todo lo que los salvadoreños pretendían era tener algo de compañía para seguir el viaje en grupo junto a los otros migrantes centroamericanos.
El grupo de salvadoreños en Matías Romero es uno de los varios que han salido en diferentes fechas con el objetivo de llegar a Estados Unidos, país donde esperan tener mejores condiciones de trabajo y alejarse de la violencia de sus países natales.
Las caravanas de migrantes avanzan fragmentadas por México. La primera, integrada por hondureños, entró a ese país el 19 de octubre pasado. El domingo se conoció que una de las caravanas ya dejó la Ciudad de México, la capital de ese país.
UN MES Y A MEDIO CAMINO
Un mes después de haber iniciado el recorrido en Honduras, Estados Unidos sigue lejos para miles de migrantes centroamericanos que avanzan en caravana por México. Aún les falta más de la mitad del camino. El primer grupo, que empezó la travesía el 13 de octubre en Honduras, ayer volvió a tomar sus cosas —mochilas, cobijas, alguna bolsa con comida— para ir desde la ciudad de Irapuato hacia su próxima escala, Guadalajara, a unos 240 kilómetros, subidos en camiones o caminando. San Pedro Sula, el punto de partida en Honduras de los primeros migrantes de la caravana, está a 2,400 kilómetros de Guadalajara.
Tijuana, su destino en la frontera para entrar a Estados Unidos por el punto de entrada de San Diego, está a por lo menos 2,500 kilómetros, siguiendo por la costa del Pacífico hacia el norte. Pero la mayoría descarta dar marcha atrás.
“Nosotros tenemos fe, y la fe mueve montañas”, dijo a dpa la hondureña Belkis Sánchez, de 22 años, que trabajaba de ayudante en un restaurante chino en su país y es parte de la primera caravana. En algún momento dudó, pero decidió continuar. “Ya he llegado hasta aquí”.
Los migrantes estuvieron una semana recuperando fuerzas en Ciudad de México y volvieron a la carretera el fin de semana. “Mi meta y mi sueño siempre han sido Estados Unidos”, afirmó antes de salir. Quiere apoyar a su madre, quien tiene 37 años. La tuvo a los 15.
Los migrantes de la primera caravana son ahora 5,000, aunque una parte se adelantó ya al resto. Además, otros cientos de salvadoreños les llevan varios pasos atrás.
Desde que salieron de San Pedro Sula el tamaño se quintuplicó. Se fueron sumando más hondureños, salvadoreños, guatemaltecos, algún nicaragüense. Hombres, en su mayoría jóvenes, muchas mujeres con niños.
Otras dos caravanas, que en conjunto tienen entre 3,500 y 4,000 personas van detrás siguiendo sus pasos, todavía más alejadas. La segunda llegó ayer a Ciudad de México, desde Puebla.