Nosotros los “baby boomers”
Recientemente asistí a un evento de LA PRENSA GRÁFICA en el cual ofrecieron una conferencia sobre el consumidor de 2025 y una de las cosas que más me llamó la atención de lo que el conferencista presentó es que en ese año los baby boomers seremos el 9 % de la población. Tengo que confesar, sin ánimo de sonar dramática, que nunca había pensado en lo mucho que mi generación ha vivido y que inevitablemente algún día esta generación va a desaparecer.
Recordemos un poco de dónde surge el concepto baby boomers, con la ayuda de Wikipedia: Baby boomer es un término usado para describir a las personas que nacieron durante el baby boom, que sucedió en algunos países anglosajones en el período contemporáneo y posterior a la Segunda Guerra Mundial, entre 1946 y 1964.
En pocas palabras, los baby boomers somos los que actualmente tenemos entre 72 y 54 años; como referencia, las otras generaciones son la X, que tienen entre 53 y 39; los milennials, entre 38 y 19; y los Z o centennials, que son los nacidos a partir de 2000.
Casualmente también recibí esto en un chat grupal, que hizo más profunda mi reflexión sobre el tema de los baby boomers, lo comparto tal como lo recibí. “Texto de Sandra Pujol: Si observamos con cuidado, podemos detectar la aparición de una franja social que antes no existía: la gente que hoy tiene entre 50 y 70 años”.
A este grupo pertenece una generación que ha echado fuera del idioma la palabra “envejecer”, porque sencillamente no tiene entre sus planes actuales la posibilidad de hacerlo.
Se trata de una verdadera novedad demográfica parecida a la aparición, en su momento, de la “adolescencia”, que también fue una franja social nueva que surgió a mediados del siglo XX para dar identidad a una masa de niños desbordados, en cuerpos creciditos, que no sabían hasta entonces dónde meterse, ni cómo vestirse.
Este nuevo grupo humano que hoy ronda los 50, 60 o 70 ha llevado una vida razonablemente satisfactoria.
Son hombres y mujeres independientes que trabajan desde hace mucho tiempo y han logrado cambiar el significado tétrico que tanta literatura latinoamericana le dio durante décadas al concepto del trabajo.
Lejos de las tristes oficinas, muchos de ellos buscaron y encontraron hace mucho la actividad que más les gustaba y se ganan la vida con eso.
Supuestamente debe ser por esto que se sienten plenos; algunos ni sueñan con jubilarse.
Los que ya se han jubilado disfrutan con plenitud de cada uno de sus días sin temores al ocio o a la soledad, crecen desde adentro. Disfrutan el ocio, porque después de años de trabajo, crianza de hijos, carencias, desvelos y sucesos fortuitos, bien vale ver el mar con la mente.
Pero algunas cosas ya pueden darse por sabidas, por ejemplo, que no son personas detenidas en el tiempo; la gente de 50, 60 o 70, hombres y mujeres, maneja la computadora como si lo hubiera hecho toda la vida. Se escriben y se ven con los hijos que están lejos y hasta se olvidan del viejo teléfono para contactar a sus amigos y les escriben un e-mail o un Whatsapp.
Hoy la gente de 50, 60 o 70, como es su costumbre, está estrenando una edad que todavía “no tiene nombre”, antes los de esa edad eran viejos y hoy ya no lo son, hoy están plenos física e intelectualmente, recuerdan la juventud, pero sin nostalgias, porque la juventud también está llena de caídas y nostalgias y ellos lo saben. La gente de 50, 60 y 70 de hoy celebra el sol cada mañana y sonríe para sí misma muy a menudo... hacen planes con su propia vida, no con la de los demás. Quizás por alguna razón secreta que sólo saben y sabrán los del siglo XXI. La juventud se lleva por dentro. La diferencia entre un niño y un adulto, simplemente, es el precio de sus juguetes.
Me identifico mucho con esto porque, aunque soy baby boomer y tengo una hija millennial y unos nietos centennials, estoy llena de metas y de sueños; precisamente estoy trabajando en un plan que he llamado “Mi plan 2020”, porque pienso que todavía tengo mucho que lograr y aportar. No soy nativa digital, pero ya tengo mi “green card” y me mantengo actualizada de todos los temas tecnológicos.
Y porque los 60 son los nuevos 40, ¡sigamos siendo felices, baby boomers!