Pandillero salvadoreño confiesa varias muertes en Long Island
Admitió que casi un mes después de uno de los crímenes, él y otros miembros de la MS mataron a un pandillero de grupo rival.
Élmer Alexánder López, alias “Smiley”, uno de los ocho pandilleros salvadoreños, para los que la Fiscalía de Estados Unidos pidió la pena de muerte el año pasado, se declaró culpable en las vísperas de Navidad por asesinato y otros delitos que ocurrieron en Long Island, New York.
Para el Departamento de Justicia, los 25 años que López pasará en la cárcel es una victoria, pues la MS ha sido uno de los objetivos principales de la política “tolerancia cero” del gobierno del presidente Donald Trump y su agenda antiinmigrante.
El “Smiley” no es el único miembro de la Mara Salvatrucha que cambió la lealtad a la pandilla por un trato con las autoridades estadounidenses.
En abril de este año, Edwin Amaya Sánchez, el cabecilla de la clica a la que pertenecía López, también se declaró culpable para evadir la pena de muerte.
“Con esta sentencia, Élmer Alexánder López ha sido señalado como responsable por los hechos brutales de violencia que cometió en nombre de la MS-13. Este caso ha resaltado la malicia con la que actúan los miembros de esta pandilla”, dijo el fiscal del caso, Richard P. Donoghue.
El pandillero se declaró culpable de homicidio e intento de homicidio. Según las autoridades, él y otros miembros de la MS asesinaron a José Peña, otro inmigrante, porque sospecharon que estaba colaborando con las autoridades y, además, porque creían que era gay.
El “Smiley”, además, admitió que casi un mes después del asesinato de Peña, él y otros miem- bros de la MS mataron a un pandillero rival en la zona de Brentwood.
López, inmigrante indocumentado, es uno de los ocho salvadoreños que en julio de 2017 fueron acusados por la Fiscalía estadounidense de asesinar a 19 personas, entre 2013 y 2017 en Central Islip, Brentwood, y de sembrar el miedo en los barrios de Long Island.
VÍCTIMA FUE ENTERRADA
Long Island tuvo una racha de asesinatos de mujeres en 2006. La Policía nunca encontró al responsable, que mató a unas 10 prostitutas y dejó los cadáveres en las zonas con entradas de agua de la bahía.
Después, entre 2013 y 2017, la ciudad volvió a ser golpeada por otra racha de homicidios. Esta vez, la Policía sí tenía sospechosos. La MS estaba creciendo y las autoridades le atribuían a este grupo más de una veintena de asesinatos. José Peña, también inmigrante, había sido reportado como desaparecido en junio de 2016. El cadáver del joven fue encontrado en octubre, nueve días después del asesinato de Kayla Cuevas y Nisa Mickens, crimen que ha sido utilizado por el presidente Donald Trump en sus discursos antiinmigrantes.
Peña fue enterrado por sus asesinos en una zona boscosa, en los alrededores de un viejo hospital psiquiátrico de Brentwood, cerca de donde las adolescentes fueron asesinadas. La Policía dijo que el hallazgo no fue casualidad, y más tarde informó que otros miembros de la MS estaban colaborando en las investigaciones de todos los asesinatos de Long Island.
Según las autoridades, el joven fue acuchillado y golpeado hasta la muerte por los pandilleros a quienes consideraba sus amigos. Después, los criminales enterraron su cadáver.
En una entrevista a un medio local neoyorquino, la madre de Peña negó que su hijo fuera pandillero, y dijo que fue asesinado por negarse a ser parte de la pandilla.