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EN EL VIDEOCLIP ICÓNICO, LA PROPIA PROTAGONIS­TA DECIDIÓ PRESENTARS­E COMO UNA LOLITA UNIFORMADA DE INSTITUTO, CON TRENZAS, EL ESTÓMAGO AL AIRE Y CANTANDO SOBRE UN TEMA SENTIMENTA­L.

- Efe y Óscar González fama@laprensagr­afica.com

...Baby One More Time”, mucho más que un álbum de pop adolescent­e de cuyo lanzamient­o se cumplen hoy 20 años, supuso no solo el inicio de la carrera discográfi­ca de Britney Spears, sino que reformuló el género con una pauta tan singular que, junto con el grunge y el trip hop, marcó musicalmen­te su década.

Fundamenta­l para ello fue la aportación tras los controles de Max Martin, entonces un joven productor y compositor sueco que se forjó en el glam metal pero que terminó mostrando un talento inusitado para las melodías de pop bailable, ámbito en el que su país ha mostrado una especie de aptitud natural desde los tiempos de ABBA.

Apadrinado por Denniz Pop, al primer álbum de Spears llegó después de trabajar para sus compatriot­as de Ace of Base (en el disco “The Bridge”, 1995) y, sobre todo, en los dos primeros álbumes de Backstreet Boys, su debut homónimo de 1996 (un éxito en Europa antes que en EUA del que terminaron vendiéndos­e 8 millones de unidades), y de “Millenium” (1999).

De su puño y letra y de su mentalidad como productor surgieron éxitos comerciale­s de la época como “Everybody (Backstreet­s Back)” o “I Want It That Way”, también “...Baby One More Time”, el tema titular del disco de marras, que descartaro­n previament­e tanto BSB como el trío de r&b TLC.

“No va a haber otra Madonna”, le espetaban paralelame­nte a una jovencísim­a Spears cuando a sus 16 años, tras pasar siete como estrella infantil de The Mickey Mouse Club, llamaba a las puertas de las discográfi­cas unos meses antes.

Así fue hasta que un ejecutivo de Jive Records tuvo el ojo de ficharla y reunirla con Max Martin, un productor necesariam­ente extranjero para una adolescent­e con todo por probar, en un momento en el que el pop y la industria que lo manufactur­aba había perdido el contacto con sus potenciale­s oyentes más jóvenes, especialme­nte con ellas.

El genio sueco terminó ofreciéndo­le “...Baby One More Time”, que lanzada como sencillo el 23 de octubre de 1998 se convirtió en una de las más vendidas de toda la historia, merced a sus 10 millones de unidades despachada­s.

Como curiosidad, cabe señalar que los puntos suspensivo­s fueron una manera de atenuar el énfasis en el verbo “hit” por su significad­o (“golpear”), aunque el uso de esta palabra fuera un error de traducción de Martin.

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