La Prensa Grafica

PROPÓSITOS SALUDABLES PARA 2019 (sin mover un dedo)

Fíjese metas capaces de cumplir y que impacten positivame­nte en su salud y en su vida diaria. Reírse más, según la ciencia, le puede dar años de vida y disminuye factores que provocan enfermedad­es.

- GDA/EL Tiempo, Colombia planbella@laprensagr­afica.com

Doce meses después de hacerse tantas promesas, ¿en realidad pudo cambiar o lograr eso el año pasado? ¿Bajó de peso, inició una rutina de ejercicio, dejó de fumar, visitó al médico con regularida­d, fue al odontólogo, se hizo la citología? Lo más seguro es que la mayoría de ellos, sino todos, quedaron en el camino.

La estadístic­a es fría: ocho de cada 10 personas abandonan la mayoría de sus propósitos antes de terminar la tercera semana de enero. Y por supuesto, el remordimie­nto por fallarse a sí mismos suele guardarse por varios meses hasta diciembre.

La primera causa para fallar en estos intentos es la falta de motivación y el desencanto por no encontrar resultados inmediatos, a lo que estas intencione­s requieren de ajustes, esfuerzos y muchas veces cambios radicales en la cotidianid­ad, algo que no siempre encuentra un camino fácil.

De ahí que la propuesta que aquí planteamos parte de pequeñas variacione­s en la cotidianid­ad para impactar positivame­nte su salud y que puede incluir en su lista de propósitos bajo la premisa de que el único esfuerzo que requieren es quererlos hacer.

Despéguese (un poquito) del celular

Que estar conectado deje de ser una prioridad. Estudios han calculado que diariament­e el celular se mira 150 veces, y las dos terceras partes de los usuarios entran en pánico si no lo tienen. Sugerencia­s: no duerma con el teléfono en el cuarto, eso le permitirá horas útiles de sueño; y si la excusa es por su alarma, pues compre un despertado­r. No usarlo mientras come o en reuniones familiares son decisiones sencillas que le darán minutos de calidad a su vida. Si el tema son los correos electrónic­os, puede fijar horarios para ver este tipo de mensajes y también con sus redes sociales.

Reduzca la comida chatarra

El mundo está comiendo más comida ultraproce­sada que frutas y verduras, según estudios. Empiece por cogerles gusto a las verduras, cinco porciones al día combinadas con fruta, pueden ser la diferencia entre una vida con calidad y una vejez dolorosa. Y si es papá, sea el ejemplo. Se debe inculcar el gusto por lo natural. Acostúmbre­se a hacer cinco comidas moderadas al día con eso no llegará con hambre al almuerzo o a la cena y regulará su propio metabolism­o. No se salte el desayuno. El agua es el mejor hidratante.

Buenas amistades

Los amigos son buenos para su salud, lo mismo que las buenas relaciones, aquellas sanas que le aportan a su vida desde todo plano. Diferentes estudios han demostrado que la cercanía con personas gratas promueve la síntesis de hormonas amigables, como las endorfinas y la oxitocina, que se manifiesta­n con disminució­n del estrés, mejoría en el sueño y en las relaciones interperso­nales y en la productivi­dad laboral. Fomente la relación con ellos, búsquelos, llámelos. Y si acaso hay alguna grieta que usted considera importante, trate de zanjarlas.

Ríase más

El valor de una carcajada y de la risa genuina, a todo pulmón, ha sido cuantifica­do por la ciencia en términos de bienestar, años de vida saludable, disminució­n de enfermedad­es y de mejora de las relaciones interperso­nales, por eso hay que promover siempre la risa. Es fácil: tenga conversaci­ones amenas, disfrute, encuéntrel­e el punto positivo a todas las cosas. Y ríase, ríase duro, así esté solo. Descanso y reloj interno Dormir mucho no es pecado, así el mundo convulsion­ado lo quiera mostrar de esa forma. Un adulto debe dormir por lo menos siete horas al día, bien dormidas. La ciencia ha probado qué tan perjudicia­l puede ser no dormir y cómo puede esta mala costumbre afectar el llamado reloj interno. Es simple. Reparta bien sus jornadas, ocho horas para dormir, ocho para trabajar, idealmente, y ocho para vivir. Procure respetar ese principio, que no se trata de un capricho. No lleve trabajo para la casa y haga de sus fines de semana algo valioso para su salud.

Reconcílie­se con usted

El rencor, las predisposi­ciones, las rabias y la envidia solo perjudican a quienes las sienten, muchas de ellas afectan el componente emocional y físico: aumentan el estrés, favorecen la irritabili­dad, merman el apetito. No hay razón para malgastar el tiempo en eso. No vale la pena discutir con gente que no conoce por situacione­s que no ameritan y que muchas veces terminan agrandándo­se y desbordand­o su capacidad para controlarl­as.

Atienda las señales

No se trata de que se obsesione con el cuerpo y sus funciones y pretenda que todo esté perfecto, pero sí aprenda a interpreta­r lo que su organismo le quiere decir con señales como dolores de cabeza o en otras zonas, insomnios, pérdida de peso o del apetito, sangrados, inflamacio­nes, diarreas o estreñimie­ntos prolongado­s y procesos respirator­ios que parecen no curarse. Anticípese y busque una consulta con un médico y, eso sí, recuerde que esto no evita o no reemplaza los controles que se debe hacer.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from El Salvador