Crean figuras decorativas con neumáticos reciclados
La necesidad de obtener ingresos económicos ha llevado a que dos artesanos de Ahuachapán reciclen las llantas usadas para elaborar coloridos productos.
El trabajo para Mario López inicia cerca de las 2 de la madrugada, cuando, junto a su amigo y compañero de labores, viajan desde el municipio de Ahuachapán hasta San Sebastián Salitrillo, en Santa Ana, para comenzar a recolectar llantas que transformarán en decorativas macetas y muebles.
“La necesidad de salir adelante y tener alguna entradita nos obliga a levantarnos temprano y comenzar a recoger las llantas que dejan en las llanterías o basureros. Nos venimos desde (San Sebastián) Salitrillo, pasamos por El Refugio, Turín, Atiquizaya para terminar en Ahuachapán”, comenta el hombre, de 35 años, mientras pacientemente espera que algún automovilista detenga su marcha en la carretera Panamericana frente a la principal entrada hacia Ahuachapán, donde bajo la sombra de varios árboles ofrece variados productos.
Afirma que la mayoría de productos se hace con llantas de vehículos livianos y en algunas ocasiones, como el caso de los tucanes o macetas colgantes, deben comprar el producto a los propietarios de las mototaxis
“Las alcaldías nos deberían de pagar por ayudarles a que no se haga tanto zancudero”, dice entre risas el artesano, en referencia a la recolección de las llantas y que son señaladas en constantes campañas del Ministerio de Salud como lugares generadores de zancudos.
López explica que la transformación de caucho a macetas, muebles y juegos para niños inició hace dos años, cuando le fue detectada diabetes que afectó seriamente su salud. En ese mismo tiempo decidió dejar los trabajos de soldadura y comenzó a interesarse
ESMERO DEBIDO A LA FUERTE RESISTENCIA DEL CAUCHO, EL TRABAJO DE CORTAR O MOLDEAR LAS FIGURAS LLEVA HORAS O DÍAS, POR LO QUE LOS ARTESANOS BUSCAN A OTRAS PERSONAS PARA PINTAR LAS FIGURAS.
en el reciclaje y productos que se podían obtener del caucho vulcanizado.
Explica que en muchas ocasiones solamente duermen cuatro o cinco horas debido a que deben de trabajar y comercializar los productos que, en el caso de las macetas, oscilan entre los $5 y $25 cada uno.
“Después de que recogemos las llantas vamos a desayunar para que a las 7 de la mañana ya estemos en el puesto vendiendo, nos vamos de aquí a las 4 de la tarde para ir a cenar y después a seguir trabajando en la transformación de las llantas. Cuando nos acostamos temprano lo hacemos entre 10 u 11 de la noche”, dice López mientras camina hacia un conductor que se ha detenido a preguntar por el precio de las macetas.