Indonesia afronta una reforma para el aceite de palma
El producto es uno de los motores de la economía rural y de la exportación.
Indonesia aborda una reforma de su industria de aceite de palma marcada por una corrupción que ha costado pérdidas millonarias, dañado la imagen del país y provocado la detención de varios altos cargos.
La falta de transparencia es uno de los obstáculos de la reforma de un sector, criticado por organizaciones como Greenpeace, que lo vincula a la deforestación de millones de hectáreas, y la Unión Europea.
Bruselas se ha opuesto especialmente al uso como combustible del cultivo, y la semana pasada impuso restricciones a los agrocombustibles que proceden de este aceite dentro de su Directiva para las Energías Renovables (RED).
“Hay muchos vacíos legales que fomentan la corrupción en el sector del aceite de palma desde la preproducción hasta la posproducción”, denunció el año pasado el vicepresidente de la agencia anticorrupción (KPK), Laode Muhamad Syarif.
“Las compañías llevan a cabo las operaciones pero no informan de sus ingresos, ni de las imposiciones ya sean en forma de impuestos u otras que tienen que pagar”, indicó Syarif.
Cerca del 12 % de las hectáreas dedicadas al aceite de palma no cuenta con permisos, según la estimación del investigador de la KPK, Sulistyanto, quien dijo a Efe que esto priva al estado de los impuestos derivados de la explotación de las tierras.