El talento joven se va posicionando cada vez con más visibilidad como fuerza generadora de futuro
UEN NUESTRO PAÍS LA JUVENTUD EMERGENTE VA TOMANDO, CON GRAN DINAMISMO Y CON VIBRANTES EXPECTATIVAS, UNA PRESENCIA MÁS Y MÁS NOTORIA, TANTO EN EL ORDEN POLÍTICO COMO EN LAS DISTINTAS ESFERAS SOCIALES Y ECONÓMICAS.
no de los factores más novedosos y reveladores de los tiempos actuales es la creciente presencia de los jóvenes tanto en los ámbitos políticos como en los espacios económicos. Esta es una realidad de profundo significado humano, ya que se trata de mover voluntades desde los planos iniciales de la vida. La juventud se mira cada vez menos como una etapa en que los seres humanos se limitan a ser conducidos por los de mayor edad y por ende y presuntamente con mayor experiencia. Hoy, debido en gran medida a la invasora transversalidad de los tiempos, se está aceptando cada vez más que todos aprendemos de todos, como en una comunidad sin fronteras.
No es casual, para el caso, que las dinámicas del emprendimiento, que desde luego siempre han existido, tengan ahora una capacidad expansiva verdaderamente determinante. La creatividad ya no está encerrada en las cápsulas tradicionales, y a esto contribuye de modo pujante el despliegue universal de las comunicaciones, que lo ponen todo a disposición de todos, al instante y sin límites. No cabe duda de que donde las cosas más cambian es en los planos humanos, y eso está trayendo una nueva dinámica que pareció llegar de improviso y que por natural consecuencia tiene proyecciones imprevisibles.
Como decíamos, en nuestro país la juventud emergente va tomando, con gran dinamismo y con vibrantes expectativas, una presencia más y más notoria, tanto en el orden político como en las distintas esferas sociales y económicas. El ejemplo más claro de ello se dio en la elección presidencial que acaba de pasar y que dejó un cúmulo de mensajes sin precedentes. Y en lo que toca a lo económico, la corriente de los emprendedores jóvenes y muy jóvenes es uno de los signos más vigorizantes y prometedores de la actualidad. Esto refresca grandemente la atmósfera nacional, abriendo expectativas de alto estímulo para todos.
Lo anterior no sólo abre grandes perspectivas hacia adelante sino que pone a todas las fuerzas nacionales ante el reto insoslayable de crear condiciones de mejoramiento, de estímulo y de desarrollo para que las nuevas generaciones puedan encarrilarse sin obstáculos hacia el futuro que les corresponde. Hasta hoy no se ha dado aún ese movimiento orgánico y organizado hacia la superación de todos, con especial enfoque en la niñez y en la juventud. En la borbollante campaña política recién pasada hubo señales elocuentes, y hoy le toca a la Administración que entra hacer cuanto antes los planteamientos concretos e integrales en este campo, que es verdaderamente decisivo para definir el futuro del país.
Uno de los temas claves es la puesta al día constante en lo que tiene que ver con la actualización tecnológica y con las formas actualizadas de conocimiento. Hay que renovar casi todo el esquema para que éste responda a lo que la multifacética actualidad está exigiendo. La mundialización ha venido a darnos instrumentos e insumos que antes hubieran sido inalcanzables por diversas razones y limitaciones, y el que eso esté cambiando aceleradamente y permite que podamos incorporarnos al progreso tal como los jóvenes lo anhelan y lo demandan.