Hallan celulares enterrados en penal de Chalatenango
El Ministerio de Justicia y Seguridad dijo que en las caletas también hallaron manuscritos (“wilas”) con mensajes de pandilleros.
Seis caletas subterráneas en las que se encontraban ocultos varios objetos prohibidos, entre ellos teléfonos celulares, fueron descubiertas en el centro penal de Chalatenango durante una inspección realizada entre el lunes en la noche y ayer en la madrugada, informó el Ministerio de Justicia y Seguridad.
Las autoridades detallaron que encontraron 14 teléfonos celulares, tres baterías en mal estado, dos cargadores, cuatro manos libres, un punzón de hierro, dos radios red, cuatro pedazos de cable de cobre, seis manos libres en mal estado y 18 trozos de cable de transmisión eléctrica.
Además, el hallazgo reveló tres goteros de tinta para tatuar, un cartucho de tinta para impresora, una resistencia de color blanco, tres motores para improvisar máquina para tatuar y una pulsera metálica.
El comunicado del Ministerio de Seguridad y Justicia detalla que las caletas (agujeros en el piso) tenían 1 metro de profundidad. Agregaron que también descubrieron “wilas” (manuscritos de las pandillas) durante el registro.
La semana pasada, la Dirección General de Centros Penales (DGCP) anunció la rotación de pandilleros del centro penal de Chalatenango.
Según el reporte, unos 700 reos del centro penal de Chalatenango fueron llevados al de Ciudad Barrios (en el departamento de San Miguel) y de este último trasladaron 800 hacia el primero.
En junio, la DGCP anunció que el penal de Chalatenango sería convertido en una sede de la Universidad de El Salvador.
El plan, según Centros Penales, es que los aproximadamente 1,620 reos que alberga esa penitenciaría sean trasladados hacia otros recintos. El director de Centros Penales, Osiris Luna, dijo que eso podría ocurrir posiblemente a finales de este año.
La revisión de los centros penitenciarios forma parte del plan de seguridad lanzado por el Gobierno desde el 20 de junio.
La acción comprende el bloqueo total de las comunicación de los reos hacia el exterior y revisiones constantes para evitar que los pandilleros tengan objetos considerados ilícitos en el sistema penitenciario.