LA INDEPENDENCIA REESCRITA
¿Qué elementos físicos hay relacionados a la independencia? Pocos. Algunos escondidos, pero hay. Quizás no existiese nada si a inicios siglo XX un grupo de intelectuales y académicos se dedicaron a reescribir la historia del país, e indicar espacios simbó
“La historia del país se reescribió entre 1911 y 1928”, afirma el historiador y docente universitario doctor Carlos Gregorio López, pues según él, muchos académicos comenzaron a documentar, editar textos, y a discutir intelectualmente los hechos que ocurrieron en este espacio geográfico.
Fue así que personajes como Francisco Gavidia, Vicente Jérez, Jorge Lardé y Larín empezaron a nombrar e identificar lugares de “memoria”. Fueron creadas actas y placas donde se encontraban las antiguas casas de habitación de los próceres.
Con el paso del tiempo, terremotos, inundaciones y cambios en la ciudad han hecho que edificios de la época hayan desaparecido por completo. En San Salvador, por ejemplo, el único “edificio” o estructura más o menos de la época colonial es la fachada de la antigua iglesia San José, en el parque que lleva ese mismo nombre. Esta data apropiadamente de 1854, o sea 30 años después de la independencia.
En la plaza Libertad existe una “ventana arqueológica” del antiguo cabildo, pero se encuentra en mal estado. Otra ventana similar se encuentra en el Palacio Nacional, pero es más tardía, de finales del siglo XIX.
Aun así, los intelectuales centraron su atención en guardar tanto los espacios como la memoria de los próceres. Por ejemplo, en la iglesia El Rosario, se encuentra una placa en memoria de José Matías Delgado.
“Un debate muy curioso fue la misma fecha de la independencia”, dice López, ya que después de la ya conocida acta de independencia de 1821, se volvió a firmar otra el primero de julio de 1823, luego de la anexión de Centroamérica al imperio mexicano.
Una parte de esta segunda acta independencia reza así: “Que las expresadas Provincias, representadas en esta Asamblea, son libres e independientes de la antigua España, de Méjico y de cualquiera otra potencia así del antiguo, como del Nuevo Mundo; y que no son ni deben ser el patrimonio de persona ni familia alguna”.