Un cálido Nueva York
LUIS LAÍNEZ
Para los neoyorquinos, en esta época del año el clima es un poco más templado. De hecho, hace dos semanas bajó la temperatura y muchos pensaron que ya era el cambio de clima. Pero no fue así. Nueva York está que arde, con temperaturas de hasta 31 grados centígrados por las tardes.
Y a ese calor sofocante se suma el tráfico imposible, por las calles cerradas. No solo por la Policía de Nueva York, que mantiene retenes múltiples para facilitar el tránsito de las caravanas de mandatarios, con carros del Servicio Secreto abriéndoles paso (para el resto, son cuadras y cuadras de vehículos detenidos), sino también por las protestas.
Las hay de las más variadas: desde un tipo que denuncia al Partido Comunista Chino (y lo compara con “gángsteres”; mientras en los postes hay carteles de Taiwán ofreciendo ayuda en la agenda climática), hasta los que se oponen a las sanciones contra Irán y los activistas contra la producción de basura.
Y así, en las calles, como cualquier mortal, caminan por las aceras. Así sea la mediatizada activista ambiental Greta Thunberg (la niña sueca que inspira a millones en todo el mundo), como el canciller ruso Seguéi Lavrov o el ex secretario general de las Naciones Unicas, Ban Ki Moon.
Y sí, caminan, porque es la mejor manera de avanzar por unas calles bloquedas por seguridad, protocolos y manifestantes.