Una reunión que esperó por 68 años
La argentina Alcira Alonso, directora de la Fundación Ballet El Salvador compartió con su homóloga Alicia Alonso hace dos años. Esto es lo que recordó.
ahora sin importar sus diferencias.
“Me sumo al dolor por la muerte de Alicia Alonso, por todo lo que creó, por todo lo que nos dio”, expresó Carlos Acosta, quien siempre destacó la importancia de haber sido aceptado pese a su mestizaje racial y su tipo amulatado, algo tan poco usual en la danza clásica.
“Todos estos prejuicios fueron demolidos cuando Alicia Alonso entró en la escena. Impuso su nombre latino, su físico, su personalidad”, agregó Acosta, actualmente director de su propia compañía y un astro de la danza mundial de la mano del Ballet Real de Londres, en comentarios distribuidos a periodistas.
Christopher Vázquez, hoy en de la compañía dancística del Teatro Nacional de Belgrado, y Yosvani Ramos, en el Ballet de Colorado, se sumaron también a las expresiones de amor hacia la que fue su maestra.
Y las reacciones se extendieron hasta sus admiradores extranjeros en el mundo.
“Qué vida tan increíble vivió y qué legado tan increíble dejó atrás”, dijo Alexei Ratmánsky, coreógrafo y exdirector del Ballet de Bolshoi.
Unas condolencias que también expresó Kevin Mckenzie, el director artístico del American Ballet Theatre, donde Alonso realizó algunas de sus presentaciones más memorables.
La maestra Alcira Alonso llega hoy a los 92 años, justamente el día en el que a una de sus más grandes colegas en el mundo del ballet, Alicia Alonso, le darán el último adiós.
Por cosas de la vida coincidieron en 1949, aunque no se conocieron personalmente. Alicia interpretó el “Cisne Negro” en el Teatro de Buenos Aires y Alcira era parte del público. La presentación es imborrable.
Tras ese cruce, ambas siguieron sus carreras. La de Alcira la trajo a El Salvador y luego, conoció a Laura, hija de Alicia con la que Alcira ha colaborado en “diferentes intercambios artísticos”, lo que considera la argentina como “una dicha”.
Uno de esos encuentros fue la participación de Irina Flores en la celebración del 40 aniversario del Ballet de Camagüey, fundado por Fernando Alonso, padre de Laura.
“Nuestra bailarina fue invitada a participar, llevando ‘Sansón y Dalila’ y ‘Encuentro’. Ambos trabajos coreográficos forman parte ahora del repertorio del Ballet de Camagüey”, apuntó.
Sin embargo, llegó el día en el que las dos Alonso se encontraron. Fue en una recepción en 2017, cuando el Ballet de Cuba vino a El Salvador. “Tuve la felicidad de conocerla en persona. (Y en esa) visita la fundación sirvió de sede para los ensayos de los bailarines de la compañía”, recordó.
Para Alcira, el legado de su colega es “indiscutible”.