Hay que ir en busca de las ayudas internacionales que le permitan al país consolidar sus líneas de desarrollo progresivo
Si algo resulta clave para definir nuestro futuro como nación y como sociedad es darle definición y proveerle dinamismo a nuestra búsqueda de desarrollo nacional verdaderamente sustentado en los hechos y sostenible en el tiempo. Hay evidencias más que suficientes que nos clarifican lo que hay que hacer para que dicha búsqueda se pueda convertir en esfuerzo efectivo. Ya está comprobado hasta la saciedad que lo coyuntural nunca podrá ser suficiente, y esto quienes tienen que entenderlo y reconocerlo en primer lugar son los liderazgos nacionales, tanto políticos como socioeconómicos, que hasta la fecha han permanecido encerrados en sus respectivos cubículos históricos, cuando todas las señales del tiempo demandan aperturas que permitan integraciones transversales de toda índole.
El tema de la migración irregular se ha puesto al rojo vivo en los tiempos actuales, especialmente en lo que toca a la corriente más directa de la misma, que se dirige de México y de los países centroamericanos del llamado Triángulo Norte (Guatemala, El Salvador y Honduras) hacia Estados Unidos. Este es un flujo que siempre ha estado ahí, pero que hoy muestra un caudal y un apremio sin precedentes, porque las condiciones tanto de aquí como de allá así lo determinan. En los años más recientes han ganado gran notoriedad al respecto las llamadas caravanas de migrantes, que se dirigen desde nuestros países hacia la frontera entre México y Estados Unidos en busca de asilo; pero esa, desde luego, no es la única vía de acceso indocumentado a la Nación del Norte, ya que las redes de “coyotes” están siempre en acción, con sus tarifas acostumbradas, y todo hace creer que en dichas redes participan tanto gente de nuestros país como integrantes estadounidenses. Y es que, sin duda, se trata de un gran negocio con múltiples ramificaciones.
Pero por encima de las circunstancias imperantes en diversos órdenes, lo que hay que visualizar de manera inequívoca es el imperativo de ir en busca de apoyos internacionales para potenciar e impulsar nuestro desarrollo. Y eso debe conjugarse con las políticas internas de incorporación a las realidades económicas actuales, en todos los ámbitos que viene abriendo el acontecer globalizador.
Estados Unidos ha anunciado ya que va a reanudar
NECESITAMOS CRECER, Y HACERLO EN LA DEBIDA FORMA SERÁ, SIN DUDA, EL FACTOR MÁS DETERMINANTE PARA QUE NUESTRA GENTE BUSQUE ENCONTRAR FUTURO SATISFACTORIO DENTRO DE NUESTRAS FRONTERAS.
la ayuda a los países del Triángulo Norte Centroamericano, luego de haberla suspendido en abril pasado. Hoy, luego de los acuerdos sobre control migratorio en nuestros países, esa reanudación es una señal de buen augurio, que debe ser aprovechada al máximo. Necesitamos crecer, y hacerlo en la debida forma será, sin duda, el factor más determinante para que nuestra gente pueda encontrar futuro satisfactorio dentro de nuestras fronteras. Eso va a favorecernos en todo sentido.
Impulsar de veras el desarrollo en todas las zonas y naciones es una de las tareas prioritarias dentro del esquema globalizador que impera cada vez más en el mundo. Hoy, más que nunca, el desarrollo y el subdesarrollo se conectan mutuamente, y por ende hacer que los países crezcan y se modernicen al ritmo de los tiempos es algo que a todos debe comprometernos por interés propio.
Esta es una época en que las transversalidades se hacen sentir cada vez más. Nadie está blindado: todos estamos intercomunicados, nos demos cuenta o no. Y la conciencia de esto debe ser el factor movilizador de los apoyos que cada vez van siendo interactivos. Apoyar viene siendo entonces una forma de autoapoyarse, lo cual representa la tranversalidad más efectiva.
Sigamos buscando apoyos internacionales, sin límites ni prejuicios, para que nuestro país, totalmente identificable en el mapamundi, se haga cada día más viable y representativo dentro del mismo.