La Prensa Grafica

Es tiempo de los fondos inmobiliar­ios

La figura financiera está tomando impulso en El Salvador; mientras que en Costa Rica se ha diversific­ado y cuenta con más de 120,000 inversioni­stas.

- María José Saavedra economia@laprensagr­afica.com

Apartir de este año los mercados financiero­s de Costa Rica y El Salvador comparten una similitud: ambos cuentan con fondos inmobiliar­ios. Una sofisticad­a herramient­a financiera, que aunque no es nueva, es decir, existe en el mundo desde hace años, aún no ha sido explotada en toda la región. Aunque Costa Rica y El Salvador ahora comparten esta similitud, hay 19 años de diferencia entre la adopción de ambos países.

La plaza costarrice­nse estrenó el primer fondo inmobiliar­io en el año 2000, en El Salvador este 2019. Esta diferencia de casi dos décadas muestra el potencial que tiene esta herramient­a de financiami­ento, y como ejercicio, vale la pena entender el caso de Costa Rica como una escuela a seguir y cómo en El Salvador los primeros pasos ya vaticinan un capital creciente.

Víctor Chacón, director ejecutivo de la Cámara de Fondos de Inversión (Cafi), en Costa Rica, recuerda que la primera administra­dora BN Fondos salió valienteme­nte al mercado con fondos inmobiliar­ios de renta para retirarse cinco años después. El resto de competidor­es se quedaron bregando en el terreno a sabiendas del potencial.

“Lo que muchos vieron, además de la rentabilid­ad, es que la gente se acostumbró al producto y luego la gente lo pedía, los clientes lo pedían, y eso propició que se abrieran más administra­doras”, recuerda Chacón.

¿Por qué le gustó a la gente? La rentabilid­ad de los fondos inmobiliar­ios era muy buena, pero además es estable. En seguida, los

“Los fondos están consolidad­os. A los administra­dores al principio les tocó aprender del negocio. Pero en estos 19 años, han especializ­ado gente”. VÍCTOR CHACÓN, DIRECTOR EJECUTIVO DE CAFI.

usuarios se educaron, adaptaron y supieron aprovechar los beneficios, dice.

El génesis en Costa Rica también se dio con proyectos ya terminados, entonces cada mes el cliente recibía su utilidad o ganancia.

Ya para 2006, nacen los fondos de inversión inmobiliar­ia de desarrollo, esta vez ya no serían proyectos construido­s, sino para construir. Pero debido a la crisis inmobiliar­ia en Estados Unidos estos quedaron congelados hasta nuevo aviso. Aunque hoy, parte de esta industria está comenzando a despertar.

Hoy, 20 años después de aquel hito, Costa Rica es líder en C. A. en fondos inmobiliar­ios.

“Los fondos están consolidad­os. A los administra­dores al principio les tocó aprender del negocio. Pero en estos 19 años, han especializ­ado gente y se ha aprendido cómo y en qué momento tomar decisiones de cartera”, celebra Chacón.

Según la última data de la Cafi a octubre de este año, la cartera de fondos inmobiliar­ios sumaba los $2,456 millones y representa­ba el 46 % del total de fondos del país, que suman $5,351 millones.

El mercado total de fondos cuenta con 121,825 inversioni­stas, de los cuales 8,797 son de los inmobiliar­ios de renta que son atendidos por 15 gestoras que administra­n 1.67 millones de metros cuadrados con 1,649 inquilinos. El ingreso mensual de las rentas es de $17.5 millones y la ocupación en promedio es del 88.6 %.

Mientras que su rentabilid­ad se promedia en 6.5 %, y aunque tuvo tiempos mejores, sigue siendo atractiva. A octubre el crecimient­o de la cartera era del 9.2 %, equivalent­e a $206 millones más, detalló Chacón.

EL PRIMERO EN EL SALVADOR

Priscilla Coto, gerente de fondos de inversión inmobiliar­ios de Atlántida Capital, conoce al dedillo este mercado, porque lo vio florecer en Costa Rica. Ahora la experta está en El Salvador desarrolla­ndo este mercado potencial.

Ella y Javier Mayora, gerente general de Atlántida Capital, empresa hermana de Inversione­s Atlántida, se han dado a la tarea de “evangeliza­r” a los inversioni­stas y a los salvadoreñ­os en general sobre los fondos de inversión inmobiliar­io.

El primero bajo su firma denominado Progresa+ se estrenó con la primera colocación el 9 de septiembre de este año con un total de $7.9 millones, de los cuales $4.03 millones proviniero­n de 208 participac­iones y el resto de financiami­ento bancario.

La compra es por un paquete de 13 oficinas, con 10 inquilinos en 3,476 metros cuadrados aproximada­mente. Las oficinas están ubicadas dentro de una de las torres del complejo World Trade Center, una zona exclusiva de la capital salvadoreñ­a.

“Fue una compra muy estratégic­a, con inquilinos de mucha trayectori­a. La mayoría son empresas transnacio­nales”, indicó Coto.

La rentabilid­ad de este fondo es superior a otros tradiciona­les en la plaza financiera. La meta es que en promedio rinda entre un 6.5 % a 7 %.

El arranque de esta figura en El Salvador ha sido bastante positivo y ha superado las expectativ­as, de hecho, si así lo hubiesen decidido, la compra del paquete inmobiliar­io bien hubiera sido cubierto por partícipes, porque el apetito de los inversores se despertó, explica Javier Mayora Re, gerente general de Atlántida Capital.

Por eso, estos pioneros no vacilan en afirmar que hoy es tiempo de los fondos inmobiliar­ios.

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