Taller de títeres para la inclusión y la convivencia
“Yo me siento feliz de haber compartido con compañeros de otras edades. He aprendido a echar volar mi imaginación a través de los títeres”
ABEL EDUARDO, 11 AÑOS, ESTUDIANTE DE 5º GRADO
“He tenido la oportunidad de ocupar mi tiempo de la manera más positiva; realmente ha sido una bonita experiencia”
MICHELLE ELIZABETH, 9 AÑOS, ESTUDIANTE DE 3ER GRADO
“Estoy explotando mi creatividad y lo que más me gusta es convivir con mis compañeros; el taller nos ha ayudado a estar más unidos”
KARLA, 11 AÑOS, ESTUDIANTE DE 5º GRADO
La Unión Europea ha destinado $116.2 millones para apoyar el presupuesto de El Salvador entre 2014 y 2020, y el componente de Expresiones Artísticas del programa Escuelas Abiertas para la Convivencia es solo una de las áreas sociales hasta donde han llegado los fondos, procedentes de los impuestos a europeos.
Vistiendo camisetas blancas con la leyenda Escuelas Abiertas para la Convivencia se reunió hace unos días una decena de niñas y niños, quienes se hicieron acompañar de sus padres hasta el Centro Escolar Católico San Luis, situado en Cuscatancingo, para dar fe de cómo un taller de títeres les ha cambiado la vida.
Entre ellos está Samuel, un adolescente de 13 años, que fue diagnosticado con autismo a la edad de cuatro años; Karla, de la misma edad, quien nació con una discapacidad en su brazo y mano izquierda; y también está Michelle, que apenas acaba de terminar el tercer grado. Como ellos, un total de 150 estudiantes, de cinco escuelas solo en ese municipio, formaron parte del taller de títeres que inició a mediados de este año; un proyecto que ha requerido medio millón de dólares, provenientes de la cooperación de la Unión Europea (UE).
“Al principio, la mayoría de ellos eran tímidos, no hablaban. Samuel, por su condición de autismo, solo escuchaba, le costaba expresarse, no participaba; y, de repente, hasta se convirtió en parte del comité cultural de su centro escolar”, destacó Juan Carlos Rosales, el tallerista que estuvo a cargo del proyecto en Cuscatancingo.
Karina López tenía apenas 24 años cuando le dijeron que su hijo estaba dentro del espectro autista. Desde entonces, Samuel no se relacionaba más que con su círculo íntimo en su hogar: madre, padre, y su hermana Sofía, de nueve años. Pero, desde que empezó a asistir a las
“Cuando ‘la seño’ nos dijo del taller en el salón a mí me interesó estar haciendo algo, porque yo no hago nada y me aburro estando en la casa” DYLAN, 11 AÑOS, ESTUDIANTE DE 5º GRADO
50
MILLONES DE EUROS ($55.8 MILLONES) DESTINÓ LA UE PARA APROYAR LA POLÍTICA SOCIAL DEL PAÍS, ENTRE LOS AÑOS 2014 Y 2020.
54
MILLONES DE EUROS ($55.8 MILLONES) DESTINÓ LA UE PARA APROYAR LA POLÍTICA DE SEGURIDAD DEL PAÍS, ENTRE 2014 Y 2020.
“Escuelas Abiertas para la Convivencia ha sido un gran apoyo, porque así los niños ya no solo pasan en Internet o en el teléfono” SUGEY REYES, MADRE DE DYLAN
“Yo de verdad estoy agradecida con la Unión Europea, porque uno quisiera que estas oportunidades llegaran más, llegaran antes” KARINA LÓPEZ, MADRE DE SAMUEL
clases para aprender a hacer títeres, ha superado inseguridades, ha mostrado tener más iniciativa y hasta ha sido capaz de desenvolverse en público.
“A mi hijo siempre le ha resultado bien difícil lo social. Este taller ha sido una gran oportunidad y de gran beneficio, porque no solo aprendió a nivel de motricidad a trabajar con los materiales para elaborar los títeres, sino también a relacionarse más fácil con las demás personas. Yo de verdad estoy agradecida con la Unión Europea, porque uno quisiera que estas oportunidades llegaran más, llegaran antes”, expresó Karina.
Y de la misma forma reaccionó la madre de Karla: “Ella tiene un problema con su manita izquierda, es bien pequeña, nació así. Siempre anda escondiendo esa mano, para las fotos, porque cuando empezó a ir al kínder ella me decía que sus compañeritos la molestaban, pero yo a ella siempre le he dicho que es normal, que no tiene ningún problema, la aconsejo, le digo que es bonita y trato de quitarle sus complejos. Y este taller le ha ayudado mucho a ella, a desarrollarse más. Como ya dijeron que va a haber otros talleres de danza o de pintura, ya me dijo que se va a meter”.
Entre junio y diciembre, unos 10,000 alumnos, de 500 centros escolares de la red pública de educación, recibieron talleres de danza, pintura, teatro y elaboración de títeres, como parte del componente de Expresiones Artísticas del programa Escuelas Abiertas para la Convivencia, impulsado por la Dirección Nacional de Prevención y Programas Sociales del Ministerio de Educación, y que tiene otros componentes, como por ejemplo Deporte y Habilidades para la Productividad. El programa atiende a un total de 30,000 estudiantes entre siete y 15 años y su implementación significa una inversión anual que ronda el millón y medio de dólares, según detalló Uriel zamora, director-enlace del programa entre el Ministerio de Educación y el Colectivo de Voluntarios Jóvenes de El Salvador (JES), que atiende a 200 centros escolares en el componente de Expresiones Artísticas.
“Es muy importante la ayuda de otras instituciones como la UE, porque hay actividades que los niños nunca habían vivido, como ir al Teatro Nacional, entrar, formar parte del escenario. También hubo excursiones recreativas: a las Ruinas de San Andrés, al Parque Saburo Hirao, al Parque Cuscatlán”, subrayó Juan Carlos, el tallerista.
Cada una de las 16 jornadas en la que enseñó a crear títeres con materiales reciclados, como calcetines viejos, botones, cartón o papel periódico, estuvieron acompañadas de la discusión de una temática: derechos de la niñez, bullying, convivencia escolar, igualdad de género. “El objetivo no es que se conviertan en grandes titiriteros, sino que convivan entre ellos. A muchos niños les daba miedo hablar y los títeres se convirtieron en su herramienta de expresión. Así, entre títeres, dinámicas y juegos aprendieron a convivir”, reiteró.
Los ciudadanos europeos ni siquiera son conscientes de las vidas que transforman con el pago de sus impuestos. Inclusive para la Unión Europea, conformada por 27 países, es difícil determinar en qué proyecto en concreto son invertidos los millones de euros que entrega a los países de América Latina, porque lo que les interesa es apoyar, en términos generales, las políticas gubernamentales.
Con El Salvador, la UE firmó dos convenios para el período 2014-2020: uno por 50 millones de euros ($55.8 millones) para apoyar la política social y otro por 54 millones de euros ($60.3 millones) para apoyar la política de seguridad (prevención de violencia, no persecusión del delito). Los fondos son inyectados directamente al Presupuesto General de la Nación (PGN) cada año, pero no sin que antes una comisión especial de evaluación visite el país para determinar si el Gobierno ha logrado las metas establecidas en los indicadores de desempeño fijados por ambas partes.
Entre esos indicadores están: los espacios públicos remodelados, la cantidad de niñez inscrita en el programa de atención infantil antes de cumplir un año de vida, las personas mayores de 70 años que recibió pensión universal, los hogares con nuevos servicios de agua domiciliar, las mujeres que recibieron créditos para empredimientos, las escuelas que implementan una política de equidad e igualdad de género y los estudiantes que participan en el programa de Atención Psicosocial para la Convivencia Escolar, entre otros.
“Para esos desembolsos anuales verificamos varios puntos: que la política pública exista y esté en marcha; que produce resultados y que estos se evidencien a través de información pública. Hay una matriz con indicadores, hay metas por cada indicador. Si se logra una parte, solo se desembolsa una parte, tampoco es todo o nada”, advirtió el jefe de cooperación de la UE en El Salvador, Peirre-yves Baulain, aunque explicó que, a manera de incentivo, hay un desembolso que es fijo.
El desembolso que es variable ronda el 40% del total. De esos 104 millones de euros ($116.2 millones), el país ha dejado de percibir un 10% por falta de cumplimiento de metas. Pierre, muy probablemente, no conoce a Samuel ni a Karla, pero los impuestos que ciudadanos como su familia pagan en Francia suman billones de euros que en los últimos seis años han derivado en casi $1,000 para América Latina, para construir tejidos sociales que hagan crecer a los países en desarrollo.