La Fuerza Armada en función social
La Fuerza Armada comenzó con deterioro acelerado en la opinión pública con el último gobierno conducido por el general Carlos Humberto Romero (1979). Sin embargo, son hechos innegables las obras de infraestructura y de políticas públicas en su haber que propiciaron algunos gobernantes para el desarrollo del país. Las obras de ingeniería de la época del general Maximiliano H. Martínez, las políticas de vivienda y convivencia social del coronel Óscar Osorio y las obras de infraestructura social e intenciones agrarias del coronel Arturo Armando Molina.
Como institución del Estado, es la garante de salvaguardar la soberanía del país, y tiene también una función “social” que se enuncia en el artículo 112 de la Constitución de la República: “La Fuerza Armada colaborará en las obras de beneficio público que le encomiende el Órgano Ejecutivo y auxiliará a la población en casos de desastre nacional”.
Las buenas ideas es que la institución tiene a mano recursos humanos especializados y equipo para apoyar los planes de gobierno, sin sobrecargar el presupuesto de la nación. Con la ventaja de su disponibilidad 24/7.
Por ejemplo, el cuerpo de Ingenieros para reparación y apertura de calles vecinales, la instalación inmediata de puentes “Bayley”, experticia adquirida durante el conflicto armado, reparación de centros escolares u obras de mitigación, control de plagas o tareas de rescate ante fenómenos naturales. O la manufactura de vestuario; uniformes y calzado. O atención a la salud.
Los beneficiarios posibles: Alumnos de centros escolares con calzado y uniformes. Los cantones y caseríos con caminos vecinales, instalación de agua potable, letrinas, reparación de infraestructura. La PNC por ejemplo con manufactura de uniformes y calzado. Para el agro, programas de reforestación, control de plagas y asistencia médica. El batallón de sanidad militar provee atención odontológica. Obras de mitigación para la gente que vive en las cuencas y subcuencas, donde el riesgo es inminente o de apoyo a la repoblación de peces y revitalización de los mantos acuíferos. Apoyo al medio ambiente en la construcción de bordas en los ríos, etcétera.
Es un abanico de posibilidades que el Ejecutivo tiene a disposición para cumplir con las necesidades inmediatas e integrarlas por medio de una planificación quinquenal o anual. No se trata de suplantar el trabajo del sector privado, que puede ocuparse de tareas más complejas y de alta tecnología, sino de potenciar las obras del gobierno, de atención a las necesidades básicas de la población y no sobrecargar el presupuesto anual.
Quiero registrar en este artículo la preocupación actual y manifiesta de oficiales y exoficiales del ejército, motivados y preocupados por los acontecimientos actuales, con el contenido implícito en la promesa o juramentación de los miembros de las fuerzas armadas: “Juráis por vuestro honor, mantener la integridad del territorio, defender el pabellón nacional como la insignia sagrada de la patria, servir al gobierno de la república y obedecer al superior que os estuviese mandando aún a costa de nuestra vida. ¡Sí juramos!” Lo subrayado en negritas, según expresan, se presta a cometer actos contrarios a la moral, las leyes y las buenas costumbres; sin embargo, otros opinan que una variante puede quebrar la cadena de mando con resultados desastrosos en casos de urgencia. He allí el dilema.