Dieta con alta densidad de nutrientes
“Esta dieta proporciona proteínas de alto valor biológico, grasas cardiosaludables, vitaminas, minerales, antioxidantes y fibra de calidad a partir de alimentos que sacian y carecen de calorías ‘vacías’ (que no aportan nutrientes)”, señala Andrea Marqués, experta en nutrición, dietética y gastronomía. Se basa en la ingesta de una gran cantidad de nutrientes “buenos” que un alimento o plato posee en relación a su volumen. Los principales son las frutas y verduras frescas, las legumbres, los cereales integrales, los frutos secos y semillas, el pescado azul y el aceite de oliva extra virgen. Dos de sus principales ventajas son que no hay restricciones estrictas de alimentos, salvo aquellos con alto contenido en azúcares sencillos o en grasas poco saludables. Las comidas se pueden distribuir adaptándolas a los ritmos biológicos de cada persona. La nutricionista añade que si al mismo tiempo se realiza un control adecuado de la ingestión de hidratos de carbono y se evitan los azúcares sencillos que elevan rápidamente la glucosa en la sangre, se puede perder entre medio y un kilo de grasa a la semana de forma saludable. También resulta recomendable para la población general, ya que ayuda a un cambio de hábitos orientado a elegir los alimentos beneficiosos para nuestra salud. Puede adaptarse a alguna patología, intolerancia o alergia.