FALTA TECNOLOGÍA Y REGISTRO DE CÁNCER EN EL PAÍS
El neurocirujano Eduardo Lovo asegura que si no se tienen estadísticas concretas es más complicado prevenir y tratar el cáncer. Señala que los ciudadanos deben de tener mejores hábitos de vida para cuidarse.
La falta de tecnología y de un registro de personas con cáncer son dos de los principales obstáculos para el debido tratamiento de esta enfermedad en el país, así lo considera Eduardo Enrique Lovo, director médico del Centro Internacional de Cáncer en San Salvador, quien además asegura que hay poca especialización e igualmente poca concientización para la sociedad. Aunque Lovo asegura que en el país se dio un gran paso con la instalación de Centro Nacional de Radioterapia, las condiciones para tratar la enfermedad aún siguen en deuda con la población del país.
“La falta de registro de personas con cáncer en El Salvador es un gran problema, no hay un registro nacional de tumores y eso es grave, porque para comenzar no tenemos una estadística exacta de los pacientes que padecen cáncer en nuestro país”, explica Lovo, quien es neurocirujano especialista en tumores cerebrales y radiocirugía, además coordinador del Centro de Radiocirugía Robótica en San José, Costa Rica, y docente en radiocirugía cerebral de la Universidad Complutense de Madrid.
La falta de ese registro, según el especialista, origina que no se pueda determinar efectivamente si un tratamiento funcionó o falló en un paciente, tampoco se puede medir la sobrevida de los pacientes, lo que afecta por igual a instituciones públicas y privadas del país.
“No podemos tomar decisiones acertadas para influir de manera directa en la prevención, el diagnóstico temprano y por supuesto en la cura del cáncer”, asegura.
Según los datos internacionales de la enfermedad de todos los pacientes que sufren cáncer a escala mundial el 70 % fallece en los llamados países en vías de desarrollo, en comparación al 30 % de los que fallecen en los países desarrollados.
Las cifras para Lovo solo apuntan a estos factores: Un escaso acceso a la tecnología y a los medicamentos, que es la parte fundamental, la educación de los médicos para el diagnóstico temprano y el tratamiento y la educación de la población misma.
Para el caso de la tecnología en el sistema público del país solamente hay dos aceleradores lineales (el que se utiliza para las radioterapias), dos más en el seguro, tres en el sistema privado y uno más que opera la liga contra el cáncer. Ocho aceleradores para el especialista son insuficientes, sobre todo porque las estadísticas internacionales apuntan a 21,000 casos nuevos anuales en el país, la cifra es inexacta por la misma falta del registro.
Datos de la organización Mundial de la Salud apuntan a un acelerador lineal por cada 100,000 personas. Bajo esta perspectiva Lovo apunta a un mínimo de 30 aceleradores lineales en el país.
Con la situación actual cada acelerador de los del sistema de salud debería tratar por lo menos 4,500 pacientes al año “lo cual es irreal porque no se puede hacer”, asegura el médico, quien explica que usando en tres tiempos de trabajo, todos los días, un acelerador podrían tratarse al año unos 600 casos.
El médico dice que otro aspecto que debe tener muy en cuenta
“Todo es explorable cuando existe la buena fe y la voluntad de atacar un problemas. En este caso particular el cáncer todos nos tenemos que involucrarnos”.
“Las políticas públicas que han reinado en El Salvador e inclusive en la mentalidad de los médicos son: “es caro o es barato” y eso ha dañado muchísimo”. EDUARDO ENRIQUE LOVO, DIRECTOR MÉDICO DEL CENTRO INTERNACIONAL DE CÁNCER EN SAN SALVADOR.
el gobierno es que se estima que para el 2025 el cáncer va a ser la causa número uno de muerte a escala mundial y superará a las enfermedades cardiovasculares, que es número uno actual. “Esto indica hacia donde debe apuntar la inversión para el futuro”.
ALTERNATIVAS
La inversión en tecnología es sin duda una de las más grandes apuestas. El médico asegura que el tratamiento más moderno para casos terminales es la inmunoterapia, cuyo costo puede rondar los $16,000 por mes, por paciente. “En el colectivo de las personas y de los médicos mismos lo que se dice es caro”, explica Lovo, pero matiza que con todo lo que se han robado los políticos en el país ese costo no significa nada. Para él hacia eso se debe apuntar.
La otra parte pasa por la actualización del registro de pacientes con cáncer. De la letalidad no hay registro en el país, dice el especialista. “A veces hasta el registro de las defunciones de los pacientes son deficientes. Por ejemplo, si muere por un cáncer metastásico, que al final conduce a un paro cardiorrespiratorio, la defunción se va como para cardiorrespiratorio y la razón real por la cual falleció el paciente fue el cáncer, lo que en realidad lo mata es la enfermedad sistémica”.
El otro problema es la especialización de los médicos, en el país se ve como una subespecialización y esto no permite tener mejores profesionales. Lovo asegura que curarse del cáncer o la misma sobrevida de este muchas veces depende del primer médico que vio al paciente, de si dio los consejos adecuados, el tratamiento adecuado, si no fue el correcto las expectativas se complican. Aquí comienza la prevención y el diagnóstico temprano para combatir la enfermedad.
Por último está la orientación a la población que va desde los chequeos rutinarios a la salud hasta un cambio cualitativo de vida: “A la población hay que enseñarle el cambio de cultura, que tiene que ver con escoger estilos de vida saludables como la alimentación, ejercicios de manera regular, los chequeos rutinarios”, explica.
Un punto importante para el médico son las campañas para la prevención y detección temprana de la enfermedad. Dice que la que tiene más fuerza en el país es la que se hace en octubre por el cáncer de mama, pero que en muchos de los casos está liderada por empresas privadas y debe ser una iniciativa nacional y permanente para todo tipo de cáncer.
Más allá de los costos por el tratamiento de la enfermedad, Lovo dice que la salud es primero.