CAÍDA HISTÓRICA DE LA ECONOMÍA SALVADOREÑA
Ante la pandemia del covid-19, la economía de El Salvador tuvo una catastrófica caída de -19.2 % en el segundo trimestre de 2020, registrando un récord histórico nacional. Esta caída trimestral fue solo superada por Perú, con una contracción de 20 %, mientras que el promedio en Latinoamérica fue -14.0 % en este período.
¿Qué significa esta caída? Que el total que el valor monetario de lo que produce El Salvador en un determinado período (Producto Interno Bruto, PIB), en sencillo, se redujo de $100 a $80.8, causando pérdida de empleos y de empresas, menores ingresos tributarios, aumento de la pobreza y retroceso en las condiciones de vida de la población.
La recuperación de la economía será lenta en la segunda mitad de 2020, por lo que se estima que la economía terminará reduciéndose entre -9.5 % y -10.5 % (escenario intermedio), y puede llegar a caer hasta -15 % (escenario pesimista), según proyecciones del FMI y otras organizaciones internacionales.
Entre febrero, antes del inicio de la política de encierro, y junio, cierre del primer semestre, se perdieron 70,653 empleos según datos del Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS). Y la situación se agrava en julio, cuando se perdieron otros 5,208 empleos, con lo cual se totaliza una pérdida total 75,861 puestos de trabajo formales en 5 meses. Por tanto, al considerar al sector informal, la pérdida de empleos a julio rondaría los 190 mil empleos.
Preocupa aún más, que en los 5 meses entre enero y junio de 2020, 2,278 empresas dejaron de cotizar, en general, por cierre definitivo, y en julio se sumaron otras 792 empresas, para un total de 3,070 empresas cerradas en 6 meses.
El sector económico con la mayor caída fue el de Actividades Artísticas y Entretenimiento, con una baja de -54.6 %, seguido por los sectores que generan la mayor parte de los empleos: Construcción -38.5 %, Industria -33.2 %, Comercio -32.3 %, Transporte y almacenamiento -26.7 %.
El sector de mayor crecimiento fue el relacionado con el Consumo Público que se elevó 11.1 %. Esto coincide con el aumento en $292 millones del consumo público según datos del Banco Central a agosto de 2020, aumento que equivale 11.9 % respecto a 2019. Como este aumento se dio al tiempo que se recaudaron $320 millones menos en impuesto durante los ocho primeros meses de 2020, el déficit del Sector Público No Financiero se elevó de $350 millones en 2019 a $1,471 millones en 2020, monto que se financió con préstamos, que son parte del total que le ha aprobado la Asamblea Legislativa.
Lo preocupante es que ante la caída del
PIB y las dificultades de crecimiento que se tendrán en 2021, el saldo de la deuda pública total podría alcanzar entre 97 % y
100 %, lo cual equivale a toda la producción del país en un año.
Por su parte, también aumentaron en promedio 2.2 % los sectores que reflejan el consumo de electricidad, gas, y agua, porque las familias permanecieron más tiempo en casa; y las Actividades financieras que crecieron 1.7 %, por el aumento del crédito, especialmente al Gobierno.
Como país enfrentamos grandes desafíos: (i) preparar un plan de reactivación (plazo inmediato); (ii) otro de crecimiento económico (mediano plazo) y (iii) uno de desarrollo socioeconómico (largo plazo). De no hacerlo, la economía volverá a producir lo de 2019 en 2024.
Al considerar al sector informal, la pérdida de empleos a julio rondaría los 190 mil empleos.