¿COLONES DE NUEVO? NI QUIERA DIOS
En reciente tertulia de nadadores (Martín, Chacha, Memo, ATM, etcétera) se discutía la posibilidad que el gobierno ponga a circular los colones guardados y a arrancar la máquina de imprimir colones. Es que la irresponsabilidad del gobierno, a todas luces, nos lleva al impago de una deuda cercana al 100 % del PIB. Estos miles de millones que adeudamos significan que los salvadoreños debemos trabajar años, sin consumir nada, para solo pagar las obligaciones adquiridas.
Con dicho nivel de endeudamiento, y un gobierno que no sabe lo que hace, podemos preguntarnos, ¿por qué no se puede imprimir más dinero? La realidad es que encender las imprentas de las casas de la moneda sería sencillo, barato y rápido. Pero ¿sería efectivo crear sábanas de billetes para pagar la deuda?
La teoría monetaria dice que ¡NO!, y aunque existen economistas que lo ponen en duda, han sido varios los casos en los que la historia nos ha demostrado que esta medida es ineficaz y catastrófica.
Uno de los casos más emblemáticos es el de la hiperinflación en la República de Weimar: Alemania en 1923, en pleno período entre guerras, la inflación era tal, que a los alemanes les salía más rentable quemar los billetes para calentarse, que comprar madera con esos mismos billetes devaluados.
Regresar al colón generaría incertidumbre, mayor déficit fiscal, y una fuga masiva de los depósitos en la banca. Al volver al colón, el tipo de cambio no podría sostenerse porque todos quisieran convertir sus colones a dólares, lo que provocaría una constante devaluación.
Cerca del 75 % de la deuda del gobierno es en dólares, y para su pago se requerirían más colones; Es decir los ingresos del gobierno serían en colones y la deuda se tiene que pagar en dólares, complicando más la situación fiscal.
La masa monetaria (la cantidad de dinero en circulación) provocaría una inflación tan severa, cuya consecuencia sería mayor pobreza. Si el Banco Central de Reserva tiene impresoras, puede perfectamente poner a circular más billetes, porque no son más que papeles con imágenes y números. Estos billetes no son riqueza, sino un medio de intercambio, que solo tiene valor con base en la confianza que generan.
Supongamos una economía en la que hay 10,000,000 de unidades monetarias y se decide incrementar injustificadamente la oferta monetaria en un 20 %. En este caso, el valor del dinero se deprecia un 20 %, puesto que habrá una mayor oferta de dinero, pero no una mayor oferta de bienes y servicios.
El valor del dinero depende de la oferta y la demanda; una excesiva oferta hace que el valor de la divisa pierda su capacidad importadora, y frena las exportaciones, lo que aumenta aún más el nivel de precios.
Una mayor masa circulante de colones aumenta las obligaciones, por lo general bonos, para que los bancos, empresas e instituciones dispongan de dinero en dólares para impulsar la economía.
Después de concluir que volver al colón sería un disparate que hundiría aún más a nuestro país en el tercermundismo, los nadadores nos hundimos en la piscina a cumplir con nuestro chicharrón, bendito paréntesis de tanta amenaza, engaño, incapacidad y división que nos rodea.
Con dicho nivel de endeudamiento, y un gobierno que no sabe lo que hace, podemos preguntarnos, ¿por qué no se puede imprimir más dinero?