AGUA PARA TODOS (2.ª ENTREGA)
Por otro lado, el anteproyecto de ley que se discute actualmente en la Asamblea Legislativa tiene que tener claramente incorporados dos enfoques: 1) el enfoque de cambio climático, y 2) el enfoque de cuenca hidrográfica. En gran parte, la degradación del recurso hídrico se debe a que no invertimos en restaurar nuestras cuencas hidrográficas. Y esto nos coloca en una posición altamente vulnerable ante los embates del clima.
Para fines de aclaración, una cuenca se define como el área de tierra desde donde todas las escorrentías superficiales fluyen por medio de una secuencia de riachuelos, humedales, ríos y lagos hacia el mar en una sola desembocadura, estero o delta. La cuenca hidrográfica también incluye acuíferos de agua subterránea y está formada de una mezcla singular de paisajes que interactúan entre sí, incluidos bosques, cultivos agrícolas, granjas, ríos y lagos, e incluso ciudades o pueblos.
Ahora, la ecuación del cambio climático o calentamiento global vendrá a exacerbar nuestra problemática sin lugar a dudas. Lamentablemente no estamos preparados para esta nueva realidad, ya que todos nuestros planes y obras están diseñados para el clima del pasado y no para el clima del futuro. Por consiguiente una adaptación exitosa ante el cambio climático requerirá de una transformación fundamental en cuanto a la gestión del agua. Y eso tiene que estar reflejado en la ley que se discute en estos momentos en la Asamblea.
En primer lugar tendremos que potenciar el papel de la naturaleza y ampliar la infraestructura que provee agua. La inversión en la restauración de nuestras cuencas hidrográficas debe ser prioridad nacional y esto incluye restaurar bosques en las tierras altas y otros ecosistemas cruciales como las áreas ribereñas y los humedales. Y es que tenemos que entender que el nivel actual de deterioro está comprometiendo nuestra seguridad hídrica, incluyendo aumentos en el costo del agua. Se requieren inversiones sostenidas en revertir la degradación actual, pero acompañadas de mejores políticas públicas como una buena Ley del Agua y ordenanzas municipales complementarias. Este combo si se quiere traerá importantes beneficios para los ecosistemas, incluidos suministros de agua más confiables, así como la reducción de los riesgos de inundación.
En cuanto al enfoque de cuenca, es importante entender que una cuenca hidrográfica sana o en buen estado provee un suministro confiable de agua para uso de las comunidades, la agricultura y las empresas mediante la captación y almacenamiento