DECRETAN SOBRESEIMIENTO DEFINITIVO PARA ARRIAZA CHICAS
Las citas al ministro de Hacienda para comparecer en la Comisión Especial de la Asamblea Legislativa no advertían de un posible apremio, lo que benefició a Arriaza.
Lo que lo ha salvado (a Arriaza Chicas) es el procedimiento de la Asamblea y la falta de justificación en la orden de apremio. Si la Asamblea hubiera cumplido con los requisitos del proceso probablemente mi decisión sería otra”. Esas fueron las palabras del juez quinto de paz de San Salvador, Salomón Landaverde, cuando ayer decretó libre de cargos de manera definitiva al director de la Policía Nacional Civil (PNC), Mauricio Arriaza Chicas.
Aunque lo dejó en libertad, Landaverde le recordó al director policial que debe cumplir con las órdenes que sean emanadas por otros Órganos del Estado y acatar las leyes de la República.
“Usted debe someterse al gobierno de las leyes, no de los hombres. No vale un tuit de quien sea, no vale una llamada. No vivimos en una monarquía, usted debe someterse al imperio de las leyes. Si le dan una orden debe cumplirla”, dijo el juez.
El señalamiento del juez estaba orientado a que Arriaza debe cumplir los mandatos establecidos en la ley y no obedecer a ciegas las órdenes dadas a través de tuits o llamadas presidenciales y le recordó que “algunos piensan que estamos en el siglo pasado, donde exitía el imperio del hombre. En este siglo estamos bajo el derecho constitucional”.
Una hora y media duró aproximadamente el desarrollo de la resolución por parte del juez, en la cual justificó la razón por la cual decretó el sobreseimiento definitivo a favor de Arriaza Chicas. “No existe delito y el comportamiento no se adecúa al delito especificado”, señaló.
LOS ERRORES
Según lo dicho por el titular del Juzgado Quinto de Paz, la decisión se basó en tres hechos vertidos en la audiencia inicial: el trámite que se siguió en la Asamblea Legislativa, la justificación del apremio y el presupuesto de apremio.
Señaló que ninguna de las citas hechas al ministro Zelaya llevaban la advertencia o amenaza de apremio, lo que generó que la orden fuera ilegal.