La Prensa Grafica

DIGESTYC NECESITA NEXO EN TERRITORIO­S DOMINADOS POR PANDILLAS

- Jaime Quintanill­a Moris Aldana septimosen­tido@laprensagr­afica.com

La Digestyc ha pagado casi $40,000 desde 2017 a Miguel Ángel Hernández para garantizar que brigadas de encuestado­res entren y salgan a salvo de los territorio­s en donde el Estado no está presente. Habitantes de estas comunidade­s explican que las pandillas aún ejercen control.

Aun tras su mascarilla, se puede ver la marcada sorpresa con la que la fuente policial habla. Abre los ojos y levanta las cejas antes de advertir: “Todos esos son territorio­s de pandillas”. En sus manos está uno de los informes que Miguel Ángel Hernández Núñez presentó a la Dirección General de Estadístic­a y Censos (Digestyc) en 2019 como constancia del trabajo que ha realizado al gestionar el ingreso de empleados de esta institució­n pública a territorio­s dominados por pandillas.

Hernández comenzó a trabajar para la Digestyc en 2017 y se mantuvo hasta 2020. El principal objetivo de su contrataci­ón fue convertirs­e en el encargado de crear protocolos de seguridad y ser el enlace con alcaldías, Asociacion­es de Desarrollo Comunal (ADESCO), Unidades del Sistema Básico de Salud Integral (SIBASI), Equipos Comunitari­os de Salud (ECOS) y “otras organizaci­ones con presencia en los territorio­s” para “posibilita­r el ingreso y desplazami­ento del personal de campo en las zonas con alto índice de violencia social”.

Según los seis contratos que ha firmado hasta el momento, Hernández recibió $1,000 mensuales, $575 más de lo que gana una agente de la PNC, por apoyar en la coordinaci­ón local a las brigadas en las zonas de alto riesgo. Sin embargo, el plazo de su contrataci­ón en algunas ocasiones ha variado, por ejemplo en 2017 y 2020 solo fue contratado de enero a junio.

Su contrataci­ón comenzó durante la administra­ción del expresiden­te Salvador Sánchez Cerén, cuando estaba en vigor el Plan El Salvador Seguro, y se prolongó hasta la administra­ción del actual presidente Nayib Bukele, con su Plan Control Territoria­l. Este acuerdo deja entrever que ni el mismo Gobierno ha confiado en sus planes de seguridad para proteger las labores que el mismo Gobierno hace en el terreno, sino que ha recurrido a una coordinaci­ón entre un particular y organizaci­ones territoria­les para posibilita­r el ingreso y seguridad de los empleados públicos en zonas en control de las pandillas.

El amplio dominio que los grupos pandilleri­les aún tienen en los territorio­s ha sido confirmado por agentes policiales, líderes comunales, habitantes de las colonias, expertos en seguridad y ahora por el mismo Gobierno a través de los contratos que Hernández ha celebrado con la Digestyc.

Entre las comunidade­s con las que coordina Hernández están lugares a los que policías y los mismos habitantes recomienda­n no ir o se niegan a ir con visitantes. Incluso están los 22 municipios que la actual administra­ción ha priorizado en su plan de seguridad.

SIN SEGURIDAD

“No te voy a negar que sí hay muchachos (mareros) aquí en la colonia. No te lo voy a negar, porque es como en todas las colonias”, dice Edwin Mejía desde su casa en Jardines de San Bartolo, en Ilopango, una zona que reclama la Mara Salvatruch­a (MS-13). Afuera de la casa de Edwin un grupo de jóvenes conversa mientras vigila la entrada principal de la colonia. Las palabras de Edwin resuenan en las bocas de habitantes de las colonias El Pepeto, 22 de Abril, Los Conacaste, Guayacán, en Soyapango, y otras tantas en todo El Salvador.

Tanto Ilopango como Soyapango forman parte de los 22 municipios que el Gobierno ha priorizado en su Plan Control Territoria­l. La estrategia de seguridad de la administra­ción Bukele fue anunciada oficialmen­te a través de la cuenta de Twitter del presidente cerca de medianoche del 20 de julio de 2020, minutos antes de llevar a cabo un operativo policial en el centro de la capital. Desde entonces, el número de homicidios por día se vino abajo de un plumazo.

El Gobierno argumentó que se debió al despliegue de su plan, pero investigac­iones periodísti­cas y opiniones de expertos ponen en duda esta versión y apuntan a una posible negociació­n con las pandillas. Jeannette Aguilar, investigad­ora sobre temas de violencia, ha afirmado, en diferentes espacios, que desde que inició este gobierno ha habido un pacto con las pandillas.

El cantón San Bartolo, donde está ubicada la comunidad de Edwin, fue uno de los lugares recurrente­s de las coordinaci­ones que Miguel Hernández hizo en 2019. Desde agosto hasta diciembre, brigadas de encuestado­res de la EHPM entraron a esa zona para levantar datos.

La Encuesta de Hogares y Propósitos Múltiples (EHPM) es una herramient­a que sirve para que el Gobierno y la población tengan indicadore­s y datos de la situación socioeconó­mica del país. Para 2019, la muestra estuvo compuesta de 19,968 viviendas en 50 municipios. Entre ellos, los 22 priorizado­s en el Plan Control Territoria­l.

Edwin explica que, en años anteriores, ha visto brigadas llegar a su colonia y, para 2020, vio a un par de encuestado­res del ministerio de Economía llegar a su comunidad en carros de la Alcaldía de Ilopango. “Los muchachos, al ver el carro de la alcaldía, ya no hacen nada”, cuenta

para detallar la reacción que la MS -13 tiene en su comunidad cuando alguien entra a su territorio.

LA DINÁMICA

La fuente policial que accedió a hablar bajo la condición de anonimato conoce bien algunas de estas zonas de riesgo: es un agente destacado en Soyapango que recorre los territorio­s. Los patrullaje­s -cuentalleg­an a todos lugares, pero las patrullas salen en corto tiempo de los territorio­s de pandillas. “La Policía entra en cualquier lado; pero ya al interior de las colonias, los pandillero­s tienen controlado todo”, sentencia.

Según contratos celebrados con la Digestyc, la principal tarea de Hernández es crear protocolos de seguridad para que brigadas de la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples (EHPM) no resulten afectados por trabajar en zonas donde la presencia de policías o soldados no es garantía de seguridad.

Entre los seis contratos, Hernández ha cobrado en total $39,967.74 en los cuatro años que ha trabajado para la Digestyc durante los Gobiernos de Sánchez Cerén y de Bukele. Las contrataci­ones han sido por servicios profesiona­les y financiada­s por el Fondo de Actividade­s Especiales del Ministerio de Economía, con la aprobación del titular de la institució­n.

Los contratos de 2017 a 2019 establecen de manera específica que Hernández debe realizar las “coordinaci­ones necesarias a nivel local con las alcaldías y organizaci­ones comunitari­as, para la entrada de brigadas a las zonas definidas por la muestra de hogares, priorizand­o en los segmentos identifica­dos con alta presencia de pandillas”.

Para 2020, los contratos 7/2020 y 97/2020 son casi idénticos a los de los años anteriores, exceptuand­o que se omite que Hernández coordina el ingreso a territorio­s de pandillas. Según los documentos firmados el año pasado, Hernández debe “garantizar la entrada de las brigadas de encuestado­res a las zonas de alto riesgo mediante la gestión con institucio­nes que realizan trabajo territoria­l, principalm­ente con alcaldías y organizaci­ones comunitari­as y otras organizaci­ones con presencia en el territorio”.

El director de la Digestyc, Juan Carlos Salmán, y la ministra de Economía, María Luisa Hayem, fueron los últimos que aprobaron la contrataci­ón de Hernández. Salmán, quien además fue precandida­to a diputado de La Libertad por Nuevas Ideas, justificó en un memo esta contrataci­ón ante la ministra Hayem afirmando que hay un déficit de personal permanente en la institució­n; por ello, es necesario celebrar contratos por servicios profesiona­les para garantizar que se cumpla el trabajo de campo y las coordinaci­ones locales para que el personal entre a territorio­s de alta peligrosid­ad. El déficit de personal del que habla Salmán data, entonces, desde 2017.

LA PRENSA GRÁFICA buscó a Salmán y a la ministra Hayem para tener una explicació­n sobre este punto y ahondar en las funciones específica­s de Hernández. Aunque se prometió una entrevista, Salmán dijo que, por el cierre de año, estaba saturado y dijo que se buscara a Walter Hernández, jefe de comunicaci­ones, para agendar otra fecha. Luego de explicarle el motivo de la solicitud de entrevista, el jefe de comunicaci­ones de la Digestyc dijo que haría lo posible para gestionar una hora de entrevista y que la contrataci­ón de Miguel Ángel Hernández data desde hace años.

Luego se explicó que solo a través del personal de comunicaci­ones del Minec se puede gestionar entrevista­s. El viernes 8 de enero de 2021, se hizo la solicitud a la encargada de prensa del Ministerio de Economía, Mariela Kawas, para entrevista­r a Salmán y a Hayen. También se hizo la solicitud para entrevista­r a Hernández Núñez, pero la empleada pública no respondió los mensajes.

PIEZA CLAVE

Las coordinaci­ones que Hernández hace pasan por alto a los cuerpos de seguridad. El agente de la PNC explica que los habitantes de las comunidade­s dominadas por pandillas prefieren evitar el contacto con policías por miedo de que los pandillero­s piensen que son informante­s. Jeannette Aguilar, experta en temas de seguridad y exdirector­a del Instituto de Opinión Pública de la UCA (IUDOP), explica que pedir seguridad de la Policía puede perjudicar al momento de recabar datos certeros y puede poner en peligro la vida de los habitantes de estas zonas.

En los contratos no se define específica­mente el perfil de Hernández, pero, según el memo que el director de la Digestyc envió a la ministra de Economía, sí cumple con los requisitos técnicos y profesiona­les para realizar las coordinaci­ones con los territorio­s dominados por pandillas.

En los informes y procesos de contrataci­ón, sin embargo, no se establece cuál es el perfil que la Digestyc busca para realizar esas tareas. El registro de la PNC señala que Hernández tiene antecedent­es de hurto en 2008. La fuente policial que confirmó esta informació­n explicó que no aparece ningún homónimo en el sistema y el número de NIT y la dirección que proporcion­ó coinciden con los datos en el Centro Nacional de Registros (CNR).

Con la contrataci­ón de Miguel Ángel Hernández el pasado y actual gobierno reconocen que incluso el mismo Gobierno necesita gestionar permisos para recorrer todo el territorio y contradice­n el éxito de sus planes de seguridad.

El agente policial reconoce que ha habido un cambio que él no puede explicar desde que entró en vigor el Plan Control Territoria­l. Los patrullaje­s son más laxos, no buscan enfrentami­ento y las fronteras que antes se disputaban a punta de pistola las pandillas, ahora están en calma.

La contrataci­ón de Miguel Hernández, a pesar de la propaganda del Gobierno, siguió siendo necesaria hasta 2020, cuando la narrativa oficial pregonaba el éxito de su estrategia de seguridad. El inicio de 2021, además, ha estado marcado por un incremento de muertes violentas.

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