A VOTAR POR EL SALVADOR Y NO POR POLITIQUEROS
No te preguntes qué puede hacer tu país por ti, sino qué puedes hacer tú por tu país (John F. Kennedy).
Estas palabras tan sencillas se han permitido separar a las naciones de los países de lenta evolución, a tal grado que no es una oración que utilicen los politiqueros de países como el nuestro, debido a que desde el momento en que el gobierno se encarga de mal alimentar a su pueblo, desde ese instante deja de progresar y las partes conformantes de un Estado pasan a tener un tipo de esclavitud oculto, en donde los deseos del Ejecutivo pasan a ser órdenes ocultas convirtiendo a sus connacionales en una nueva esclavitud, algo muy parecido al de síndrome de Estocolmo, con la diferencia que los nuevos esclavos reciben un alimento proveniente de los impuestos de los sometidos, con un salario mínimo que no cubre sus necesidades básicas, por lo que los nuevos esclavos pasan a formar parte de las legiones de los más necesitados, sin libertad de pensamiento ni para volar en sus aspiraciones, son como ya dije los nuevos esclavos.
Los nuevos politiqueros ofrecen la oportunidad de mandar al pueblo por medio de sus representantes, pero el pueblo deja de estar representado desde que se ofrecen nuevos asambleístas que estarán para apoyar a un presidente, en todo lo que se le antoje; esa “nueva” oferta politiquera no es reciente, lo que sí es novedoso es la forma en que se ofrece la cual es con nueva gente en un insólito barco partidario, pero al final es lo mismo, por ejemplo, los partidos de izquierda ofrecieron un cambio y una novel estirpe política, pero al final se divorciaron del pueblo y cada quien buscó nuevo patrocinador o padrino, y los que no lo encontraron, se han quedado saltando de cama en cama para probar una nueva revolcada política, con lozano cliente.
La derecha está renovando los spot propagandísticos con la presentación de los diputados que se miran más jóvenes o que son relativamente nuevos en la palestra, pero al final todos responderán al mismo planteamiento de oposición, como lo es oponerse a lo que anteriormente a ellos les negaban, es decir, que ellos saben cómo negarse refutar al Órgano Ejecutivo, ya que saben en dónde ellos flaquearon; qué lástima que han tenido que esperar tantos años para darse cuenta de que el caciquismo los llevó a la lucha de clases, siendo que lo peor se lo ha cargado la clase media en sus tres gamas.
La nueva derecha es burda copia de los males del pasado y proyectos prostituidos, con ciertos topos defensores de ideales que ni comprenden.
Entonces ¿cómo votar? Esa respuesta no la puedo dar, porque cada quien debe saber cómo le ayudará a El Salvador a salir del atroz momento, no es cierto que una nueva Asamblea complaciente nos rescatará, porque vale solamente recordar que la aplanadora verde destruyó al país; tampoco nos traerá nada bueno reciclar a los políticos, debemos atinarle a nuestra corazonada de salvadoreños y llevar de todos los colores, pero con alma de cuscatlecos abanderando el azul y blanco patriótico. Este periódico aún protege mi derecho de opinión, no obstante hay detractores que quieren cegar a personas como este que escribió. Aún sostengo que El Salvador es la mejor inversión.
Novedoso es la forma en que se ofrece, la cual es con nueva gente en un insólito barco partidario, pero al final es lo mismo.