HAY ESPERANZA
Las crisis sanitaria y económica provocadas por la pandemia impactaron negativamente a la mayoría de los salvadoreños en 2020. El panorama de 2021 es incierto por el coronavirus, la desaceleración económica, los problemas estructurales preexistentes y la limitada gobernanza. La tarea es doble: (1) controlar la pandemia y (2) ampliar las oportunidades para las inversiones, negocios y empleos. Se necesita visión, participación y acción. Conviene, entonces, que los ciudadanos entendamos la dimensión del problema y colaboremos con la recuperación y transformación del país.
La situación es difícil. La contracción económica es mundial, el desequilibrio fiscal restringe la respuesta del GOES y la lucha por el control del aparato estatal impide la construcción de un Plan de País. Al no haber un acuerdo programático lo más probable es que el destino del país se deje al azar, lo que aumentaría el riesgo de que –al endurecerse las restricciones migratorias– se agraven los problemas estructurales y sus manifestaciones (la violencia registrada en la caravana de centroamericanos en enero/2021 confirmaría esta hipótesis).
La problemática nacional es escabrosa y su superación pasa por lograr un entendimiento básico que precise las prioridades, metas y estrategias a implementar. Conviene, por tanto, ponerles la atención debida a las siguientes oportunidades y generar esperanza en la sociedad salvadoreña.
Oportunidad 1. La solución de los problemas globales (cambio climático, migración, pandemia, narcotráfico y otros) demanda acción conjunta y generación de sinergias a nivel regional y mundial.
Oportunidad 2. El giro de la política exterior estadounidense y el nuevo abordaje del fenómeno migratorio y de la cooperación para los países del Triángulo Norte.
Oportunidad 3. Condiciones favorables para que EUA, México y Centroamérica acuerden y ejecuten un plan de acción que aborde las causas del éxodo
(desempleo, vulnerabilidad ambiental y violencia).
Oportunidad 4. La red de salvadoreños en el exterior es un mecanismo que tiene el potencial de incrementar la solidaridad, los intercambios comerciales y las coinversiones en suelo cuscatleco.
Oportunidad 5. Las redes nacionales e internacionales posibilitan la transferencia de conocimientos y la consolidación de alianzas en defensa del medio ambiente y de los derechos de los migrantes.
Oportunidad 6. El Estado salvadoreño necesita de préstamos externos para funcionar y debe cumplir la exigencia de la comunidad internacional de transparentar la gestión pública y frenar la corrupción.
Oportunidad 7. El hemisferio está comprometido con la libertad de expresión como un derecho fundamental y un requisito para la existencia de una sociedad y una gobernanza democráticas.
Oportunidad 8. Una mayor participación económica y política de las mujeres es una poderosa corriente que puede contribuir a nivelar el peso entre la sociedad, el Estado y el mercado.
Oportunidad 9. El desarrollo tecnológico y el salto digital que la pandemia covid-19 obligó a dar a muchos sectores crean nuevas modalidades educativas, laborales y comerciales.
Oportunidad 10. Varios valores tradicionales y morales (familia, tolerancia, solidaridad y otros) están siendo retomados y restaurados a nivel planetario en respuesta a las crisis ambiental y humanitaria.
Conclusión: hay oportunidades, por lo que, hay esperanza. ¿Cómo aprovecharlas y mejorar la calidad de vida de la población?: (1) armonizando las diferencias a través de una plataforma de trabajo conjunto entre el Estado, la sociedad y la comunidad internacional, y (2) apoyando iniciativas locales de desarrollo en los catorce departamentos y articulándolas con políticas públicas y megaproyectos.
Al no haber un acuerdo programático lo más probable es que el destino del país se deje al azar.