CRISIS POLÍTICAS EN EL MILITARISMO. DE LAS CRISIS MILITARES A LAS CRISIS INSTITUCIONALES
En nuestro desarrollo político de las últimas décadas, encontramos dos tipos diferentes de crisis política, uno corresponde al periodo de dominación militar (1930-1991) y el segundo es de los Acuerdos de Paz hasta nuestros días (1991-2021). Analizaremos primero cómo eran las crisis políticas del pasado y en un próximo artículo trataré la presente crisis política.
LAS CRISIS DEL MILITARISMO
Se trata de aquellos gobiernos en los que la Fuerza Armada asume la conducción política del país; en nuestro país se inicia con la dictadura del general Martínez de 1931 a 1944 y se desarrolla, perdiendo su carácter caudillista y asumiendo una estructura institucional, las Fuerzas Armadas, que recurren a mecanismos democráticos como fachada de su control del Estado. Este tipo de gobernanza está expuesto a crisis políticas que no son extrañas a nuestra historia, pero que se caracterizan por usar el golpe de Estado como solución; así nacieron cuando se dio el golpe de 1931, se repitió varias veces hasta llegar a 1979 a su última explosión cuando el último presidente militar, general Carlos Romero, fue depuesto mediante un golpe de Estado.
Las crisis políticas de este periodo presentan tres características propias: la existencia de un agudo conflicto en el interior de los mandos superiores de la institución armada, el segundo es lograr apoyo o neutralidad al golpe de parte de empresarios y de la embajada de los EUA y tercero la constitución de un partido oficial como su instrumento electoral, que, en nuestro caso, primero fue el PRUD y después se transformó en PCN. Lo que caracteriza a este tipo de crisis política es el golpe de Estado cuyo éxito o derrota es determinado por el balance de fuerzas en la oficialidad, y no por operaciones militares, se forma con un gobierno provisional (Junta) que al asumir las funciones de los Órganos Ejecutivo y Legislativo, tiene que derogar la Constitución vigente y cierra su periodo de uno a tres años, convocando a una Constituyente que “aprueba” una “nueva Constitución” cuyo contenido es literalmente igual a la anterior, con algunos cambios secundarios para favorecer a miembros militares de la Junta.
El ciclo del militarismo institucionalizado lo inauguró el golpe de Estado, de 1948; diez años después, nuevo golpe de Estado en octubre de 1960 que pretendía resolver los conflictos entre el presidente y la cúpula militar. Las dos décadas siguientes son de relativa estabilidad, pero el crecimiento de la oposición partidaria en las elecciones y de un movimiento popular contestatario y muy activo obligaron al gobierno a recurrir cada vez más a elecciones fraudulentas y aumentar la represión al pueblo; esto coincidió con el agotamiento del modelo militar-desarrollista, que aparecieron las guerrillas como un nuevo actor y que el gobierno de Carter empezó a presionar en pro de los Derechos Humanos, que al juntarse profundizaron la crisis en la segunda mitad de los setenta.
Los militares recurrieron de nuevo al golpe de Estado en octubre de 1979; tenía una orientación progresista pero no pudo resolver la crisis política evitando la guerra civil, fue muy inestable en su composición, pues tuvo de 1979 a 1984 tres Juntas y un presidente provisional.
Sin embargo, el periodo de la guerra civil fue el inicio de la transición del militarismo a la civilidad con la nueva Constitución en 1983 y el primer presidente civil fruto de una elección desde 1931.
El ciclo del militarismo institucionalizado lo inauguró el golpe de Estado, de 1948.