OBJETIVOS DE DESARROLLO SOSTENIBLE
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) son un conjunto de medidas para poner fin a la pobreza, proteger el planeta y mejorar las vidas y las perspectivas de las personas en todo el mundo. En 2015, todos los Estados Miembros de la ONU aprobaron 17 ODS, los cuales se resumen así.
ODS 1: Fin de la pobreza
ODS 2: Hambre cero
ODS 3: Salud y bienestar
ODS 4: Educación de calidad
ODS 5: Igualdad de género
ODS 6: Agua limpia y saneamiento
ODS 7: Energía asequible y no contaminante ODS 8: Trabajo decente y crecimiento económico ODS 9: Industria, innovación e infraestructura ODS 10: Reducción de desigualdades
ODS 11: Ciudades y comunidades sostenibles ODS 12: Producción y consumo sostenibles ODS 13: Acción por el clima
ODS 14: Vida submarina
ODS 15: Vida de ecosistemas terrestres
ODS 16: Paz, justicia e instituciones sólidas
ODS 17: Alianzas para lograr la Agenda 2030
Los ODS son importantes para las presentes y futuras generaciones, y para los gobernantes y gobernados. ¿Por qué? Porque buscan el bien común y que “nadie se quede atrás”. ¿Cómo lo hacen? Promoviendo la acción conjunta y la inversión a favor de las personas más vulnerables y la Casa Común. El nudo gordiano es que las crisis sanitaria y económica generadas por el covid-19 han estancado las acciones conducentes a alcanzarlos. Al grado que países como el nuestro difícilmente logren los ODS en 2030. Convendría, entonces, hacer una revisión crítica de los
ODS en El Salvador.
El GOES informó en 2019 que de los 232 indicadores fijados a nivel mundial para medir el cumplimiento de los ODS el país tenía la capacidad de reportar 122 indicadores nacionales. No obstante, el GOES priorizó 9 de los 17 ODS, a saber: todos los relativos a las personas (ODS 1, 2, 3, 4 y 5), dos vinculados al planeta (ODS 6 y 13), el relacionado con la paz y justicia (ODS 16) y el referido a alianzas (ODS 17).
En el informe El Salvador 2019, el GOES presentó resultados solamente de 35 indicadores nacionales que corresponden a los nueve ODS priorizados. En la dimensión de las personas se destacan las siguientes metas alcanzadas para entonces: mortalidad materna, mortalidad de recién nacidos y de niños y niñas menores de 5 años, la erradicación de la malaria, la prevalencia de bajo o muy bajo peso para su talla en niños y niñas menores de 5 años y la paridad entre niñas y niños en los diferentes niveles educativos.
Hoy en día y ante la exigencia de fijar prioridades, los ODS podrían servir de guía o plataforma de trabajo para sumar esfuerzos y apalancar recursos públicos y privados. ¿Para qué? Para elaborar, implementar y evaluar políticas públicas que contribuyan a que el desarrollo de El Salvador sea sostenible e inclusivo.
Reflexión: el GOES debería precisar los indicadores nacionales que monitoreará entre 2021-2030, dándole prioridad a los referidos a la pobreza, la educación, la salud, el trabajo decente, la igualdad de género, el agua, el cambio climático y la paz, justicia e instituciones sólidas. Un punto es claro para que El Salvador logre los ODS, se requiere de la efectiva cooperación de los tres Órganos del Estado, las municipalidades, el Ministerio Público, la sociedad civil, la academia, el sector productivo y la comunidad internacional.
El nudo gordiano es que las crisis sanitaria y económica generadas por el covid-19 han estancado las acciones conducentes a alcanzarlos.